Juan Carlos Blanco
Director Adjunto de El Correo de Andalucía
El último auto de la juez Alaya en torno a la trama de los ERE admite un aluvión de interpretaciones. En el auto, que abre multitud de líneas de investigación, se nombra expresamente en uno de sus párrafos a José Antonio Griñán por una autorización de unas operaciones de endeudamiento de la agencia IDEA que, según el PP, demostrarían su conexión con esta trama. La Junta niega tal relación con un argumento razonable, pero, para algunos, los autos de la titular del Juzgado de Instrucción 6 de Sevilla son autos de fe: si apareces en ellos, tu destino es la hoguera. No hay alternativa ni excusa posible.
Pasa, sin embargo, que si admitimos este criterio tan fundamentalista, también deberíamos enviar a la misma pira al actual alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, citado en el mismo auto junto a Antonio Sanz por el ERE gestionado en Riotinto por el Gobierno Central cuando éste estaba en manos del PP y Zoido era el delegado del Gobierno. Y la verdad es que tampoco tendría sentido alguno, al menos de momento, pues lo único que hace es pedirles la información sobre este último ERE en su calidad de representantes del PP personados en esta causa.
El auto, por cierto, hace mención de las ayudas concedidas en la Sierra Norte y se refiere a los resultados de una investigación hecha por la Junta que demostraría un fraude de unos 20 millones en ayudas concedidas a 18 empresas de esta comarca, de la que era natural el exdirector general de Trabajo de la Junta, Francisco Javier Guerrero, esa mente preclara que pasará la historia por ser quien acuñó la expresión del ‘fondo de reptiles’.
Es justo subrayar que es la propia Administración autonómica la que está sacando a la luz estas supuestas corruptelas, pero esto no quita para que, repasando esto último, aumente todavía más nuestra estupefacción al ver cómo se malgastaban millones y millones de euros en ayudas supuestamente ilegales sin que nadie se percatara entonces de lo que estaba pasando. ¿Cómo se permitía con una facilidad pasmosa que tantas personas de moral distraída se lucraran con el dinero de todos los contribuyentes? ¿No existía por entonces la responsabilidad in vigilando? Es lamentable todo lo que está pasando. Y ahora, en estos tiempos de agonía económica, más todavía.
P.D. Aquí no estamos hablando, como dice el PP, de un fraude de 700 millones. Eso es puro tremendismo, pero reconozcamos que la cifra sigue aumentando, y que si hasta ahora se calculaba en nueve millones la cantidad defraudada, ahora hay que hablar ya de casi treinta, que es una cifra escandalosa. ¿Seguirá aumentando? En vista de cómo se está desarrollando esto, mejor no poner la mano en el fuego diciendo que no, que nos podemos achicharrar.
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