Pablo Requena
Noticias de Almería
Si hay en nuestra provincia un ejemplo perfecto de hasta dónde ha llegado la crisis económica cuando no hace tanto era el arquetipo del dispendio y la fanfarria, ése es el Ayuntamiento de El Ejido. Sin entrar de lleno en la “Operación Poniente” hasta que hable la Justicia –que para mantener la tradición, sigue siendo lenta hasta la extenuación- lo cierto es que el consistorio gobernado hasta hace dos días por Juan Alí Enciso y sus presuntos 40 ladrones ha pasado de organizar festivales de música internacionales, obras de teatro y conciertos como el de los Rolling Stones (¿Los Rolling en Matagorda? Vamos, no me jodas) a no tener ni un mísero euro para las luces de Navidad de este año.
Creo que el dato habla por sí solo. Otro apunte curioso es que, a finales de los 90, El Ejido era uno de los municipios con el PIB más alto de España. En 2011, sólo habrá luces de Navidad en dos o tres calles y sufragadas por los propios comerciantes. El Ayuntamiento no pone ni al sireno, y no por falta de ganas, sino por falta de fondos. Si comparamos con Roquetas o Almería capital, ambas localidades se van a gastar lo mismo que el año pasado –más de 100.000 euros- en estos menesteres. Así que aquí no vale la excusa de la crisis económica mundial: lo de El Ejido responde a causas estrictamente locales y conocidas por todos. Aunque, si nos quedamos con el aspecto positivo, los ejidenses se van a ahorrar ese numerito del reno raptado y posteriormente localizado en un séptimo piso al que los capitalinos tuvimos que resignarnos el pasado año. Bien por ellos.
Como casi seguro que más de uno se muestra desdeñoso –por decirlo finamente- con el ejemplo de los ornamentos navideños y todo lo que esta época festiva conlleva, habrá que poner algunos más. Como que, hoy por hoy, la localidad ejidense aporta buena parte del 37% de parados que hay en la provincia, que su deuda municipal supera los 225 millones de euros, o que el motor de su crecimiento está pasando por sus peores días desde hace muchísimo tiempo. Obviamente, hablo de la agricultura, que no levanta cabeza ni a la de tres. Y del turismo en Almerimar mejor ni hablamos.
Quiero finalizar culpando de la ruina económica del Ayuntamiento de El Ejido exclusivamente a los que lo han gobernado durante tantos años con formas propias de Don Vito, a la par que recordando la increíble capacidad de trabajo, sacrificio, entrega y humildad de los ejidenses en general, que ni mucho menos se merecen una Casa Consistorial que no tenga ni para comprar una bolsa de pipas.
Creo que el dato habla por sí solo. Otro apunte curioso es que, a finales de los 90, El Ejido era uno de los municipios con el PIB más alto de España. En 2011, sólo habrá luces de Navidad en dos o tres calles y sufragadas por los propios comerciantes. El Ayuntamiento no pone ni al sireno, y no por falta de ganas, sino por falta de fondos. Si comparamos con Roquetas o Almería capital, ambas localidades se van a gastar lo mismo que el año pasado –más de 100.000 euros- en estos menesteres. Así que aquí no vale la excusa de la crisis económica mundial: lo de El Ejido responde a causas estrictamente locales y conocidas por todos. Aunque, si nos quedamos con el aspecto positivo, los ejidenses se van a ahorrar ese numerito del reno raptado y posteriormente localizado en un séptimo piso al que los capitalinos tuvimos que resignarnos el pasado año. Bien por ellos.
Como casi seguro que más de uno se muestra desdeñoso –por decirlo finamente- con el ejemplo de los ornamentos navideños y todo lo que esta época festiva conlleva, habrá que poner algunos más. Como que, hoy por hoy, la localidad ejidense aporta buena parte del 37% de parados que hay en la provincia, que su deuda municipal supera los 225 millones de euros, o que el motor de su crecimiento está pasando por sus peores días desde hace muchísimo tiempo. Obviamente, hablo de la agricultura, que no levanta cabeza ni a la de tres. Y del turismo en Almerimar mejor ni hablamos.
Quiero finalizar culpando de la ruina económica del Ayuntamiento de El Ejido exclusivamente a los que lo han gobernado durante tantos años con formas propias de Don Vito, a la par que recordando la increíble capacidad de trabajo, sacrificio, entrega y humildad de los ejidenses en general, que ni mucho menos se merecen una Casa Consistorial que no tenga ni para comprar una bolsa de pipas.
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