PSOE de Andalucía: la crisis de los 30

Isabel Morillo
Periodista

El PSOE andaluz se encuentra al filo del precipicio. En la crisis de los 30. Así lo dicen muchos dirigentes socialistas que admiten "malos tiempos" para un partido acostumbrado a navegar con el viento a favor, que ha coleccionado cinco mayorías absolutas y dos simples en tres décadas de gobierno. Un partido que no sabía lo que era perder, en seis meses ha sumado dos derrotas en las urnas, en las municipales y en las generales, y ha visto cómo crecía la brecha con un PP-A que, liderado por Javier Arenas, camina con paso firme hacia la mayoría absoluta en las elecciones autonómicas previstas posiblemente para el 25 de marzo.

Existe un deterioro total de la marca PSOE en la calle. Una inmensa mayoría de andaluces no encuentra la razón para votar estas siglas, que perdió unos 750.000 votos el pasado domingo. El PSOE ha actuado como una centrifugadora. Ha repartido votos a diestro y siniestro, hacia todos sitios.

La gran duda es saber si la caída en picado seguirá en las elecciones autonómicas, que por decisión del secretario general del PSOE-A, José Antonio Griñán, se separaron de las generales. Los socialistas no aciertan a decir si el castigo de sus electores en las urnas es fruto del enfado con la gestión de la crisis que ha hecho Zapatero o hay algo más. Una pulsión de cambio, un agotamiento generalizado después de sumar 30 años ininterrumpidos en el poder. Una sensación que no se venció con el relevo de Manuel Chaves y que la nueva dirección del PSOE-A puede no haber sabido combatir pese a que Griñán la eligió en una apuesta por la juventud y en clave de relevo generacional.

En el diagnóstico de los sociólogos destaca también la falta de conexión del PSOE andaluz con un segmento de la sociedad clave: los jóvenes. Desde los 18 hasta los treinta y pico años hay muchos andaluces que no han conocido otro Gobierno en Andalucía y que, por más que se declaren de centro o de centro izquierda, sitúan la alternancia política como una urgencia. Forman parte de ese voto urbano que lleva ya años escorado hacia el PP.

Y para coronar esta situación hay otro 30, el del porcentaje de paro, que se traduce en el peor dato conocido con más de un millón de andaluces sin empleo y la comunidad entre las doce regiones europeas con peores índices de desempleo. Esa es la madre de todas las crisis, pero no la única.

La teoría del punto rojo para animar

La noche de la debacle electoral del PSOE, Griñán habló con Alfredo Pérez Rubalcaba. "Sois los únicos que habéis resistido", aseguran que le dijo el candidato. El secretario general del PSOE-A le emplazó a comenzar por Andalucía "la remontada". Ese es el mensaje oficial. Con el que el presidente de la Junta compareció el lunes. Los datos han sido malos para los socialistas en esta comunidad, uno de sus bastiones, pero menos malos que en el resto del país. En el mapa electoral que ofreció el Ministerio del Interior había dos puntos rojos: Sevilla y Barcelona. En el resto, el azul del PP lo teñía todo. En la provincia de Sevilla los socialistas han ganado en 86 pueblos, en 70 por más de diez puntos. Sin embargo los populares han recortado 23 puntos. El mayor avance de toda Andalucía.

"Son resultados malos sin paños calientes". Eso aseguran la gran mayoría de los socialistas en privado, que avisan de que en absoluto se pueden analizar los números desde la autocomplacencia. Pero Griñán, avisan, hace lo que tiene que hacer: dar ánimo a su tropa. Asegurar que hay partido, evitar que la segunda derrota electoral consecutiva incremente el estado depresivo que afecta a sus cuadros orgánicos y a los militantes. En la reunión que mantuvo el pasado lunes con su ejecutiva en San Vicente subrayó que los datos son mejores de los que arrojaban las encuestas, que apuntaron una diferencia con el PP en Andalucía de hasta 16 puntos. Se ha quedado en 9. "En 8,5 con los datos del CERA (votantes en el extranjero)". Un dato al que se aferran para asegurar que no se ha superado la barrera psicológica de los diez puntos que darían por terminado el combate en este segundo asalto. Los populares sonríen ante esa cuenta. Ellos tienen datos que avalan que con ocho puntos a su favor ya podrían desembarcar en San Telmo. De hecho una extrapolación de datos de las generales le brinda 57 de los 109 escaños del Parlamento andaluz. Arenas podría gobernar sin ningún apoyo. Además los tracking que se han ido recibiendo en la calle San Fernando -balcón que va camino ya de hacerse tan famoso como el de Génova- señalan que la diferencia entre PSOE y PP en unas autonómicas crecería "en hasta cuatro puntos", asegura un dirigente popular.

El congreso federal como "revulsivo"

¿Y ahora qué? La primera cita en la agenda del PSOE andaluz es el congreso federal convocado para la primera semana de febrero que se celebrará en Sevilla en un gesto para demostrar la importancia de esta tierra en el futuro del PSOE. Conservar el Gobierno en Andalucía puede ser el punto de inflexión que los socialistas necesitan para empezar a salir del peor hoyo electoral que han conocido. La delegación del PSOE andaluz es fundamental porque tiene el mayor número de votos y su papel es determinante. Aún están a la espera de que empiecen a desfilar candidatos para la secretaría general pero quieren ir con una única voz, unidos. Esa es la teoría, queda por ver la práctica. En la dirección del PSOE andaluz prefieren un congreso abierto, con dos o más nombres, que permitan el debate y no un cierre en falso. Al secretario general sus más próximos le han oído en varias ocasiones que "la competencia no es mala" y que un congreso con un solo candidato "estaría muerto". Lo que sí defiende es que no haya peleas "cainitas" sino competencia sana.

Susana Díaz, como valor al alza

El PSOE andaluz está dispuesto a hacer valer su peso y reivindicar su sitio en el puesto de mando. A Griñán no le interesa la presidencia del partido, aseguran sus colaboradores más próximos. Un puesto que ahora mismo ostenta Manuel Chaves. Los socialistas andaluces aspiran a una parcela de poder mucho más jugosa: la Secretaría de Organización. Un despacho clave sobre la que recaen las tareas de fontanería política.Y además se plantarán ante Ferraz con una palabra clave "renovación generacional". La misma que guió a Griñán en el congreso extraordinario que le aupó a la secretaría general andaluza relevando a Manuel Chaves hace menos de dos años. Su apuesta fue un trío de treintañeros, lo que levantó muchas ampollas en el partido. De ellos la que más proyección ha logrado es la actual número dos del PSOE andaluz, Susana Díaz, que suena como una de las aspirantes con más posibilidades de dar el salto a Ferraz si los socialistas de Griñán consiguen hacerse con la Secretaría de Organización. Los elogios que ha recibido Díaz de los máximos dirigentes de Ferraz han ido en aumento conforme se complicaba la situación electoral y se puede decir que la actual número dos , que tantos enemigos internos cultivó y tan poco predicamento tenía más allá de sus afines en Sevilla, es ahora mismo uno de los valores del PSOE-A que mejor cotiza en Madrid. Además Griñán estaría dispuesto a defender su nombre, aseguran fuentes muy próximas al líder andaluz.

Los socialistas andaluces señalan la importancia de "un equipo" más allá de los nombres que desfilen para la secretaría general. Apoyan a Rubalcaba pero tampoco les disgusta Carme Chacón y nombres como el de Eduardo Medina -casado por cierto con una sevillana- también gozan del afecto sincero de Griñán. No habría nada más que ver los mensajes de su teléfono móvil para comprobar el afecto con el que se cartea con el diputado vasco. La clave, aseguran en el entorno más próximo del presidente andaluz, sería aunar experiencia y juventud. Tampoco descartan nombres como el de Ramón Jáuregui."Creo que debemos apostar a la grande, es decir por España y no a la chica, que son los territorios que integran España. Esta es la clave por encima de cualquier otra consideración". La frase es de José Bono y es uno de los comentarios en la antesala del comité federal de ayer que más ha molestado al dirigente de los socialistas andaluces. Le contestó en su Twitter: "Os imagináis una España sin territorios y un mus sin ases". Los socialistas andaluces van a jugar a hacer valer su peso y su importancia, acentuando además la necesidad de salir reforzados para afrontar sus elecciones.

El paso atrás de Chaves y Gaspar

Todo apunta a que ese relevo generacional que pide el PSOE andaluz supondría la salida de Manuel Chaves, presidente del PSOE, y Gaspar Zarrías, secretario de Relaciones Institucionales y Política Autonómica. No son estos nombres la cuota andaluza que Griñán quiere en la ejecutiva federal del partido, admiten fuentes socialistas.Quizás es la primera vez en su vida que Chaves ha levantado la mano para pedir un cargo. Ha dicho públicamente que quiere seguir en la Presidencia a la que lo aupó Zapatero en el 35 Congreso. Un puesto para el que suena Felipe González y que Griñán no ambiciona, según ha dicho a sus más próximos. Si Chaves o Griñán se negaran a dar un paso atrás voluntariamente podría generarse un terremoto interno muy importante en el PSOE andaluz. Nadie quiere ese escenario. Una de las palabras más invocadas es "generosidad". Incluso los más próximos a estos exdirigentes del partido en Andalucía aseguran que no cabe, en ningún escenario, una guerra interna en el ámbito andaluz. Chaves, junto con Luis Pizarro, podría sumar apoyos entre los militantes de Cádiz. Y Zarrías se encargó de permanecer en la presidencia del PSOE de Jaén cuando dejó la secretaría general y sigue siendo el hombre fuerte en la provincia. La última prueba es que a comienzos de semana la ejecutiva provincial mandó disolver la ejecutiva local que dirigía la exalcaldesa de la capital Carmen Peñalver y constituir una gestora. Zarrías ganaba así el último pulso a Mar Moreno, alineada con Peñalver, número dos del Gobierno andaluz.De momento hoy Chaves se sentará junto a Griñán en un acto diseñado para exhibir la unidad del PSOE andaluz.

Las listas son de los líderes provinciales

Ese es el acuerdo. Las listas que deberá confeccionar el PSOE para concurrir a las elecciones andaluzas se harán desde el ámbito provincial y sin interferencias de San Vicente. Se solaparán los calendarios del congreso federal y el proceso electoral andaluz. Si las elecciones son el 25 de marzo deberían convocarse el 30 de enero, lunes, y el cónclave federal se prevé justo al final de esa semana (3, 4 y 5 de febrero). Ese pacto tácito es el que va a garantizar a Griñán unidad entorno a su liderazgo. El día después de las elecciones, Griñán se sentó a comer con sus secretarios provinciales y advirtió de la necesidad de permanecer unidos. El mensaje que trasladan desde la dirección andaluza es que "ahora toca hacer partido". La consigna: paz.Ni siquiera los territorios menos afines a Griñán (Cádiz y Jaén) discrepan de este mensaje. Eso sí, a cambio quieren que el partido funcione como antes, con las provincias como reinos de taifas y sin San Vicente (es decir, Susana Díaz) hablando con outsiders o críticos con las direcciones provinciales. Ese es el acuerdo. Cada provincia hará su lista. La renovación -ese gesto que sobre todos los más jóvenes aseguran que debe de producirse para emitir una señal a la ciudadanía de que se entendió el castigo en las urnas- dependerá de la voluntad de cada ejecutiva provincial.

Los errores que no quieren repetir

Los socialistas andaluces tienen mucho trabajo por delante. Deben intensificar su agenda orgánica y poner a punto una maquinaria que admiten llegó al 20-N tocada aún por el fracaso en las municipales. Saben que no quieren cometer los "errores" de las generales. Señalan dos: no haber defendido el legado de Zapatero y no haber celebrado antes un acto como el mitin de Málaga, que reunió a todas las generaciones socialistas. "En algunos mítines los oradores sumábamos 300 años y eso no puede ser", admiten. La Encuesta de Población Activa (EPA) y el sondeo del CIS, aseguran, fueron además un golpe mortal a la campaña. Ahora tienen que buscar cómo combatir la tríada del PP "paro, despilfarro y corrupción", la misma que utilizaron con éxito en 1996. Les pesa, y mucho, el caso de los ERE, que investiga una presunta trama corrupta con ayudas al empleo. Su objetivo: "construir un relato en andaluz que genere ilusión y expectativas de futuro" 30 años después.

Griñán: “El partido no tiene tiempo para lutos”

El secretario general del PSOE-A y presidente de la Junta, José Antonio Griñán, señaló ayer durante la celebración del Comité Federal del PSOE, que este partido no tiene tiempo para guardar “lutos” ni dedicarse a hacer “ajustes de cuentas” y pidió que el Congreso Nacional de febrero sea “un revulsivo” para el partido. Griñán fue el primero en intervenir tras los discursos iniciales del secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, y del candidato a la Moncloa el 20-N, Alfredo Pérez Rubalcaba, el cual se despidió del escenario agradeciendo a Griñán el esfuerzo y prometiéndole que todo el partido se volcarían en Andalucía para ayudarle en las autonómicas. “He sentido el apoyo como nunca y ese esfuerzo, el partido os lo va a devolver con creces en Andalucía. Ahí vamos a estar todos”, dijo. El líder andaluz no reconoció a puerta cerrada la derrota, pero añadió que la situación a la que se enfrenta ahora el PSOE no es una “travesía en el desierto” porque, en estos “dos meses” los socialistas tienen que ganar en las autonómicas. “Andalucía será nuestra Galia”, dijo, en referencia a la resistencia gala contra los romanos. Los comicios regionales en los que él aspira a ser elegido como presidente de la Junta deben suponer “la recuperación del PSOE y no la consolidación del PP”, dijo el líder andaluz.

En busca de una Cospedal entre las filas socialistas

“Cospedal es un tiro electoral”. La frase no es de ningún miembro del PP sino de un destacado dirigente del PSOE andaluz. Los socialistas están convencidos de que la secretaria general del PP y presidenta de Castilla-La Mancha reúne mucha de las cualidades que necesita cualquier político. Por eso bromean con el hecho de que deben de “buscar nuestra Cospedal en las filas socialistas” ante la próxima cita del congreso federal.

A los socialistas no les preocupa, o al menos así lo verbalizan, el candidato del PP andaluz. Están convencidos de que Javier Arenas genera mucho rechazo entre el electorado andaluz y se limitan a señalar a los cualitativos de las encuestas. Frente a Mariano Rajoy, que defienden como un candidato “plano” –“como un mueble”, ironizaba un socialista– creen que Arenas “sí tienes muchas aristas”.

Los socialistas están calculando cómo deben hacer una campaña para unas elecciones andaluzas que por vez primera se desarrollará tras dos derrotas electorales y con un PP más fuerte que nunca, en el Gobierno de España y con mucho poder en los ayuntamientos y las diputaciones. Saben que la agenda que le espera a Rajoy es muy mala, con el euro en zona de recesión y el paro al alza.
(El Correo de Andalucía)

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