Qué poca vergüenza

Pablo Requena
Noticias de Almería

A pesar de considerarme una persona impávida y curtida ante los dislates de los políticos en general y de los de la Junta de Andalucía en particular, no he podido evitar quedarme “pasmaíco” con la última del Gobierno de José Antonio Griñán. Resulta que su graciosa presidencia andaluza ha entregado ya al Parlamento su proyecto de Ley para los presupuestos de 2012 y usted, amigo lector, habrá dado por hecho que los magníficos gestores socialistas que dirigen Andalucía desde la Transición habrán apostado en dicho proyecto, con la que está cayendo, por la austeridad en el gasto de personal. Pues mientras alguno lo da por hecho yo me parto la caja torácica porque, en efecto, Griñán y los suyos pretenden destinar 87 millones de euros más (casi un 1%) a nóminas durante el próximo año. Ello supone que la Junta de Andalucía se gastará 9.850 millones de euros anuales (que pronto se escribe) en sueldos.

Y ahí no acaba la gracieta presupuestaria del gobierno de la Junta, porque en este mismo proyecto de ley, los socialistas recortan el gasto en inversiones reales entorno al 16%. Toma castaña y con un par, sí señor.

De manera que tenemos profesores andaluces encerrados en la catedral de Sevilla desde hace meses protestando contra la Junta de Andalucía por los recortes, entorno al 30% según fuentes sindicales, y por el decreto 302 que también les tiene contenticos. Y eso por no hablar de que somos la comunidad autónoma líder en España en fracaso escolar, o de las aulas prefabricadas, etc. También tenemos a médicos del SAS (conozco unos cuantos) hasta la coronilla de sus señorías socialistas, y en este sentido también podría hablar de los farmaceúticos y autónomos a los que no se les paga en tiempo y forma, de los desesperados agricultores almerienses, o de cómo gran parte del patrimonio histórico de nuestra provincia se viene abajo (véasen las murallas de la Alcazaba, el cortijo del Fraile o, hasta hace bien poquito, el Cable Inglés) mientras el PSOE que gobierna la Junta -insisto, desde hace más de 30 años- no pone solución por (deliciosa excusa desde que Zp admitió su existencia) la crisis y la falta de liquidez. Una crisis que, visto lo visto, obliga a recortar en inversiones pero no en sueldos de los políticos. Y luego se extrañarán de que los ciudadanos los veamos como el mayor problema que tiene, hoy por hoy, este país.

No hay comentarios:

Publicar un comentario