Francisco Gabriel Luque Ramírez
Militante socialista
La gran mayoría de los militantes de base del Partido Socialista Obrero Español en la provincia de Almería estamos hartos de ser siempre el 'juguete' que manipulan las familias que entran en batalla por lograr el poder a toda costa. Estamos hartos de 'Useros' y 'Nonos', de ver como puede caer tan bajo una persona por aguantar en el sillón dos días más o como la maldad de los que piden dimisiones solamente por venganza no tiene límite.
Estos comportamientos tan habituales en nuestra organización, y no solamente en la capital (véase un claro ejemplo en Roquetas), no hacen otra cosa que perjudicar seriamente al socialismo, aunque muchos de los que ocupan cargos actualmente en nuestro PSOE quieran esconder estas actitudes, poco pegadas al ideal que debería tener este partido, por motivos electorales y no paren de repetirnos a los militantes que cerremos la boca hasta que pasen las elecciones en Andalucía. ¿Es que no se dan cuenta de que no se puede aspirar a ganar unas autonómicas si hasta los propios afiliados dudan seriamente si votar a Griñán? Aquí es cuando muchos hablan de falta de lealtad. Una cosa es ser leal al socialismo, a este ideal que defiende al obrero, y otra muy distinta es ser sumiso de un aparato político que, aprovechándose de las siglas del PSOE, se ha pasado por el forro los problemas de los trabajadores, haciendo oidos sordos a lo que gritaba todo un pueblo y ahora a lo que sus propios militantes gritan con fuerza, una regeneración total y absoluta.
Encima se avecina un Congreso Ordinario en el que los militantes tendremos presencia pero sólo de cara a la galeria, cuyas peticiones, ya convertidas en exigencias dada la insostenible situación que tiene este partido, caerán en el olvido de nuevo porque "ahora no se puede cambiar nada, hay unas elecciones de por medio". Aquí se cambia lo que conviene a los que miran desde su palacio. Cuando nuestros 'compañeros' más poderosos colocaron a dedo a decenas de amiguitos durante años para ocupar puestos de funcionarios en la Junta de Andalucía seguro que los trámites burocráticos no fueron ningún problema. Y también ha habido varias elecciones de por medio.
Estamos hartos de que no se quieran dar cuenta que no se puede vivir siempre de la política, que se ha de tomar como una pasión para desvivirse por ella en busca de ayudar a los que lo necesitan y no para llenarse los bolsillos o utilizarla como escenario para hacer favores a cuatro amigos. Lealtad socialista no es viajar a Almería desde Sevilla (en primera clase) una vez por semana para hacerse dos fotos y venir a recoger dos botellas de aceite de la tierra y marcharse tan contento al día siguiente a su gran despacho de consejero. Primero habría que pensar que cada viaje le cuesta un ojo de la cara a cada andaluz, y no está la cosa como para olvidarse de la austeridad.
Estamos hartos de que no haya demasiadas personas valientes en este partido que planten cara a la injusticia interna que estamos viviendo desde hace años, desde que a un grupo de lumbreras se le ocurrió una tarde tomando una tapas hacer de esta organización un cortijo que diese frutos para solamente unos pocos. En esa linea hemos seguido y estamos, por eso nadie con cargo en esta organización mueve ficha por motivación propia o ideales, todos se paran a pensar si perderán un euro, si sacarán sus trapos sucios los de enfrente o si no podrán seguir saliendo en la foto de los periódicos luciendo modelito.
Personalmente me siento avergonzado de las personas que me representan como socialista, tanto en Almería como en Andalucía. No puedo llegar a entender como se habla de regeneración y mandamos al Congreso de los Diputados a dos personas con edad casi de jubilarse. Incluso una de ellas está tan ilusionado con su nuevo puesto que no quiso ni recoger su acta de diputada, no vaya a ser que se emocionara demasiado.
Soy militante socialista y he decidido gritar hasta quedarme afónico hasta ver como este partido se convierte en el referente principal de la izquierda. Y si a los dirigentes de este partido les queda algo de socialismo en las venas sabrán que a lo largo de la historia el PSOE ha sido el mejor ejemplo de lo que significa no rendirse, asi que no esperen un minuto de silencio por mi parte.
Ahora reflexionen, si esto es lo que opina un afiliado al PSOE ¿qué pensará de este partido la sociedad que cada vez confía menos en nosotros? Es hora de que se den cuenta que la militancia no quiere cargos (ustedes lucen mejor los trajes que la mayoría de nosotros), no quiere un sueldo (con lo que ganamos trabajando nos basta), la militancia quiere construir socialismo en sedes libres de corrupción y mafias familiares. Queremos sentirnos representados por personas valientes que sepan hacer oposición a la derecha sin firmar pactos de silencio para cobrar como la derecha, queremos políticos que tengan libertad de opinión, ideas nuevas e intereses sanos.
Desde aquí les pido a todos aquellos cargos que no cumplan al menos estos requisitos, que den un paso atrás (muchos de ellos pidiendo perdón antes) y utilicen la poco dignidad socialista que les queda para hacerle un favor a este partido y a las nuevas generaciones que se merecen ver un PSOE distinto.
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