Iván Gómez
Periodista
El PP de Rajoy se ha convertido en rehén de la guerra del agua que desató nada más llegar Zapatero y los socialistas al Gobierno. En los últimos días se han cruzado declaraciones entre los dirigentes populares en Aragón, Castilla-La Mancha, Valencia y Murcia en las que se ha puesto de manifiesto cierta tensión a la hora de perfilar la política hídrica del PP que el propio presidente y candidato no ha terminado de zanjar al hacer público su programa electoral.
No hace mención expresa, como vienen reclamando los populares de las comunidades valenciana, murciana y andaluza, pero deja las puertas abiertas a mantener el proyecto al argumentar que son favorables a transferir sobrantes, si los hubiere, de agua de cuencas excedentarias a las deficitarias. El PP prácticamente copia lo que ya llevó en el programa electoral de 2008, pero ya no da por hecho que hay cuencas con excedentes de agua que se puedan trasvasar, sino que matiza que se harán los trasvases sólo "si hubiere" excedentes de agua.
Del Ebro no se incluye ni una palabra y del Tajo-Segura tampoco, ahora que la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, ha mostrado su rechazo al último desembalse que ha ordenado el Ministerio de Medio Ambiente. Ha pedido que se suspenda el envío de 270 hectómetros cúbicos del Tajo al Segura porque va en contra de los "legítimos intereses" de su comunidad autónoma. Más leña para ahora que la batalla del Ebro iba a pasar a mejor vida diez años después de que el Gobierno de José María Aznar impulsara una infraestructura que acabaría con el déficit hídrico del sur de España. Es más, el portavoz de Medio Ambiente del PP, Carlos Floriano, ya había abierto la caja de los truenos al declarar el jueves pasado que el trasvase al que su partido otorgó "absoluta prioridad" ya no tiene futuro porque ahora ya hay unas "desaladoras que no se van a achatarrar".
Los socialistas, que llevan ocho años sin querer oír hablar del tema, son ahora los que tratan de sacar rédito electoral en las comunidades del litoral mediterráneo en las que son oposición y piden a los dirigentes del Partido Popular que defiendan los intereses de sus ciudadanos. Mariano Rajoy tenía en sus manos la oportunidad de zanjar cualquier duda sobre si se hará el trasvase y su programa electoral solo siembra incertidumbre con el objetivo de limar las crecientes hostilidades por el agua entre sus barones. El agua, por tanto, estará muy presente en la campaña electoral del PSOE.
Los socialistas, que llevan ocho años sin querer oír hablar del tema, son ahora los que tratan de sacar rédito electoral en las comunidades del litoral mediterráneo en las que son oposición y piden a los dirigentes del Partido Popular que defiendan los intereses de sus ciudadanos. Mariano Rajoy tenía en sus manos la oportunidad de zanjar cualquier duda sobre si se hará el trasvase y su programa electoral solo siembra incertidumbre con el objetivo de limar las crecientes hostilidades por el agua entre sus barones. El agua, por tanto, estará muy presente en la campaña electoral del PSOE.
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