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Almería, en los inicios de la Vuelta Ciclista a España


José Manuel Román
Periodista

Almería tiene un especial protagonismo en el nacimiento de la Vuelta Ciclista. La fuerte presencia de este deporte en los años previos a la guerra civil hizo que la organización de la ronda apostara por la provincia. En 1935, primera edición, no pudo ser por falta de recursos, pero en la segunda convocatoria de 1936, tras una colecta popular, la ronda llegó a la capital en medio del entusiasmo general. Después, en la III edición de 1941, nuevamente se contaría con Almería. Gustaaf Deloor y Delio Rodríguez fueron los corredores que ganaron las primeras etapas con final en Almería, 1936 y 1941, respectivamente.

Gustaaf_Dellor_gana_en_bilbao.jpgHoy, la Vuelta Ciclista a España es el mayor espectáculo del pedal con proyección internacional, muy cerca del Tour de Francia, gracias en gran parte al apoyo de TVE. La serpiente multicolor se convierte en el mejor escaparate y plataforma inequívoca de promoción para una ciudad, provincia o territorio.

La Vuelta ha pasado por Almería en numerosas ocasiones a lo largo de sus sesenta y seis ediciones, pero la primera, en 1936, en el segundo año de vida, tuvo unas especiales connotaciones. La capital respiraba un ambiente ciclista extraordinario y disponía de una entidad, el Grupo Deportivo Lanchafri, con gran implantación, poder de convocatoria y capacidad de gestión. Fruto de todo ello fue la apuesta clara por la Vuelta, desde su nacimiento. Se frustró el primer intento en 1935 por falta de recursos, pero el tesón de los almerienses, con una gran respuesta en colecta popular, hizo posible el anhelo. La segunda caravana del pedal español, en vísperas de la guerra civil, constituiría una auténtica fiesta con la afición entregada e identificada con el ciclismo. A lo largo este “Bajo el manzanillo” vamos a tratar de acercar con detalles y anécdotas los antecedentes, desarrollo y posteriores repercusiones del primer paso por Almería de la que sería prueba cumbre de este deporte en España. También referiremos, consecuencia del éxito de la del 36, como la Vuelta regresó a la provincia en su reanudación de 1941, tras el paréntesis de la contienda española.

GRAN ACTIVIDAD CICLISTA

El ciclismo almeriense, que había nacido de forma reglada y sólida a finales del siglo XIX, mantiene en el primer tercio de la centuria pasada su actividad de forma regular. Se suceden iniciativas populares con excursiones cicloturístas y, de vez en cuando, pruebas de competición, en fondo y urbanas, sobre todo en torno a la Feria. Son numerosas las secciones ciclistas de muchos clubes, principalmente de fútbol, y luego la expansión que llega a las barriadas de la capital –por ejemplo, La Cañada- y a la provincia. En la década de los treinta se intensifican las iniciativas y nace la sección ciclista del Club Deportivo Almeriense –junio de 1931-, que organiza salidas de paseo y carreras a Tabernas, Benahadux, Alhama o Pechina, entre otros lugares.

A finales de 1932, el Grupo Lanchafri, que se dedicaba fundamentalmente al atletismo, natación y fútbol, incorpora entre sus disciplinas el ciclismo. Abre el fuego con una prueba Almería – Benahadux – Almería. Todo un acierto, como se demostrará con el tiempo, por la fuerza y arraigo que tomará este deporte desde el club, siendo determinante para la llegada a Almería de la Vuelta Ciclista cuatro años después. En la Feria de 1933, con el patrocinio de cerveza “La Cruz del Campo”, Lanchafri celebra una carrera entre la capital y Rioja, ida y vuelta. Doce meses más tarde, el Grupo inaugura sede social en la avenida de la República número 75, lo que ampliaría su autonomía, poder de convocatoria e implantación en la ciudad, sobre todo en torno al ciclismo. En la Feria del 34 lleva a cabo la prueba de fondo en carretera Almería – Tabernas – Almería, con buena participación y éxito de público.
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ALMERÍA, PRESENTE EN EL NACIMIENTO DE LA VUELTA

El diario “Informaciones” de Madrid, en 1934, empieza a gestar lo que al año siguiente sería la Vuelta Ciclista a España. Y Almería está presente en estos primeros compases, ya que el 22 de febrero de 1935, por iniciativa del Lanchafri, la Unión Velocípeda de Granada solicita a la organización que la ronda en preparación pase por nuestra provincia y la granadina. El 2 de marzo se anuncia que la carrera no vendrá a nuestra ciudad por la falta de ayuda de los organismos locales. La desilusión sirve de acicate para que desde ese mismo momento se iniciaran actuaciones encaminadas a que no ocurriera lo mismo el año siguiente.

Este revés se vio apaciguado el 9 de marzo de 1935 cuando procedentes de Cartagena llegaron a la capital los ídolos del pedal Federico Ezquerra y Antonio Escuriet, preparando la ronda española. Al día siguiente los dos ciclistas realizaron una exhibición en el Parque Nicolás Salmerón, que se encontraba abarrotado de un público entusiasta, volcado con los dos héroes de la bicicleta. Promocionó la jornada la firma “Casa Orbea”, cuyo representante en Almería era Francisco López, con establecimiento en la calle Granada, número 6.
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INTENSOS PREPARATIVOS

A partir de la primavera de 1935, el Grupo Lanchafri inicia una incesante fase de actividades, haciendo gala de ser un magnífico organizador. El 5 de mayo celebra una carrera con todo lujo de detalles, incluyendo por primera vez los servicios de la Cruz Roja y motoristas – vigilantes de la Guardia Civil, venidos de Murcia. La prueba transcurre por Aguadulce, Enix, Alicún, Alhama, Gádor y Benahadux, con salida y meta en el Parque Nicolás Salmerón. Patrocinó el comerciante Manuel Mateo Cabrera y ganó el ídolo local Andrés Jaén, con un tiempo de 2 horas 30 minutos y 10 segundos. Le siguieron en la clasificación Nicanor Gálvez, José Carmona, Manuel López, Manuel Góngora y Antonio Martínez. En junio tiene lugar otra carrera entre Almería e Instinción y regreso. Venció el granadino Eduardo Noguerol y segundo se calificó Andrés Jaén. En agosto, en plena Feria, hay otra prueba Almería – Los Castaños – Almería (145 kilómetros), que gana el murciano Miguel Carrión, siendo el primer local Evaristo Cuesta, cuarto. Se llegaron a alcanzar, a lo largo del recorrido, hasta 50 kilómetros a la hora.

La afición es enorme en estas fechas, como lo demuestra la celebración, el 21 de septiembre, del I Día de la Bicicleta. Lanchafri llevó a cabo una marcha ciclistas a Alhama, ida y vuelta, con el concurso de hasta 53 corredores. Todo un éxito de participación popular, en bicicleta y a lo largo del recorrido con muchos espectadores. El momento es excelente y el paso de la II Vuelta Ciclista por Almería no podía escaparse.

DONATIVOS: APOYO DE LA ASOCIACIÓN DE LA PRENSA

El excelente momento ciclista almeriense merecía con creces la presencia de la II Vuelta Ciclista a España, la de 1936. No se le hace tarde al Grupo Deportivo Lanchafri, que el 30 de octubre de 1935 inicia gestiones y comunica que para ello se necesitan 2.000 pesetas. El Ayuntamiento recoge el reto y abre una suscripción de aportaciones con una de 750 pesetas. Son muchas las entidades y personas que colaboran, entre ellas la Asociación de la Prensa, que presidida por Francisco de Burgos Seguí dona 50 pesetas. Los primeros pasos para asegurar la presencia de la ronda española en Almería estaban dando sus frutos con el aval de toda la sociedad almeriense. No se escaparía esta ocasión por falta de recursos, como en la primera edición. El 23 de enero de 1936 se da a conocer la noticia: “Después de muchas gestiones, Almería es incluida en el itinerario de la II Vuelta Ciclista a España, que organiza el diario Informaciones de Madrid".

A los pocos días, el 6 de febrero, se anuncia que nuestra ciudad no solo será final y principio de etapa, sino también marco del descanso de los participantes durante 24 horas. Recaudadas las 2.000 pesetas se le entregan a la organización y se aprovecha este acto para proponer el concurso del ciclista almeriense Andrés Jaén Vicente, del Grupo Lanchafri, que era el mejor corredor local del momento. Así lo acepta el comité directivo de la ronda española.

PREPARATIVOS, PROGRAMA Y GESTIONES

Es difícil relatar el entusiasmo que vivió la población en la preparación del evento. En marzo del 36 la prensa almeriense inicia una amplia y consistente campaña en apoyo a la Vuelta y a la importancia que representaba para la provincia. Los elogios al Grupo Lanchafri son unánimes y hasta el diario “Informaciones” de Madrid le dedica un amplio artículo. Entre otras cosas se decía: “Hablar del Grupo Lanchafri es tanto como hablar de entusiasmo, actividad y amor a la patria chica. La labor que viene haciendo en Almería y por Almería desde que fue fundado, es algo realmente admirable y digno de todo elogio. Donde haga falta resolver algo, por difícil que sea, que pueda traducirse en beneficio moral o material de aquella capital o de aquella región, allá está el Grupo Lanchafri”.

En abril se da a conocer el programa de actos con motivo de la llegada de la Vuelta. Para el 11 de mayo estaba prevista la llegada de la etapa Granada – Almería (185 kilómetros), a las tres de la tarde; luego se daría un “lunch” para periodistas y directivos en la sede de la Asociación de la Prensa (calle Rueda López), donde también participaría la Asociación Profesional de Periodistas; y a las 10 de la noche, en el Teatro “Cervantes”, la Agrupación Artística “Poeta Sotomayor”, representaría la obra “Rosa de Madrid”. El 12 de mayo, jornada de descanso, se celebraría una recepción a corredores en el Ayuntamiento; comida íntima al comité directivo y baile en el Círculo Mercantil. El día 13, a las 6 de la mañana, se tomaría la salida para cubrir la etapa hasta Alicante.

LLEGA LA VUELTA, EN MEDIO DEL ENTUSIASMO GENERAL: TRIUNFO DE GUSTAAF DELOOR

El 10 de mayo, víspera de la llegada de la ronda, el Grupo Lanchafri, que presidía Miguel García Requejo, y que llevaba todo el peso de la organización, publica en la prensa un manifiesto convocando a la ciudadanía para recibir a los participantes en la II Vuelta Ciclista a España, sobre todo en la meta instalada en el Parque Nicolás Salmerón.

La segunda edición de la Vuelta comprendía veinte etapas, desde Madrid, con final y salida en Salamanca, Cáceres, Sevilla, Málaga, Granada, Almería (jornada de descanso), Alicante, Valencia, Tarragona, Barcelona, Zaragoza, San Sebastián, Bilbao, Santander, Gijón, La Coruña, Vigo, Verín, y Zamora, para concluir nuevamente en la capital de España.

El sueño se hacía realidad. Llegamos al gran día, el 11 de mayo de 1936. “La Crónica Meridional” recogía así el ambiente: “El Andén de Costa y Parque Nicolás Salmerón estaban abarrotados de público aún una hora antes de la llegada. También en las proximidades de la ciudad se congregaron almerienses que se desplazaron en autos. En la Venta Eritaña fue muy numerosa la concurrencia”. La etapa Granada – Almería se corrió en pelotón, excepto al final que un grupo de cinco se destacó y disputó el triunfo al sprint. Hasta Adra, el ritmo de la carrera fue rápido, pero a partir de ahí el sol hizo mella y los ciclistas se relajaron.
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Los 37 participantes que llegaron, de los 50 salidos de Madrid,  fueron recibidos en olor de multitud. El primero en atravesar la meta fue el belga Gustavo Deloor (Gustaaf era el nombre originario del corredor) que invirtió 6 horas 28 minutos y 39 segundos, a una media de 28´560 km/hora. Con el mismo tiempo se clasificaron Carretero, Fermín Trueba, Cañardó y Flaquer. Después, con un crono de 6 horas 45 minutos 43 segundos, llegaron por este orden Molina, Cardona, Escuriet, A. Alvarez, Goenaga, Barrendero, Elys, Bailón, Acosta, Izquierdo, Salom, Esteve, E. López, González, Delio Rodríguez, Carrión, Cruz, Cabestreros, Castro, Valera, Trillo, Arias, Irigora, Pantoja, A. Bertola, Barral, Angel Bertola, A. Deloor, Schaefera, Erva y Ramos.

La clasificación general tras esta etapa quedó encabezada por Gustaaf Deloor, seguido de Escuriet, A. Bertola, Berrendero y Barral. Deloor, que ya ganó la primera edición de la Vuelta, volvió a entrar triunfador en Madrid por segundo año consecutivo.

UNA CIUDAD VOLCADA CON LA RONDA ESPAÑOLA: AGASAJO A LOS PERIODISTAS

La ciudad vivió una auténtica fiesta del ciclismo. Los almerienses, que deseaban la Vuelta desde su creación un año antes, se echaron a la calle para recibir a los ases del pedal y participaron activamente en la jornada de descanso de la ronda y en la de salida hacia Alicante. Un acontecimiento deportivo de primera magnitud con éxito en todos los aspectos, lo que fue determinante para que la III edición de la carrera, tras el paréntesis de la guerra civil, volviera a Almería.

Con la caravana venían prestigiosos periodistas deportivos del momento. Así figuraban, entre otros, Cueto, López Dóriga y Régulez, del diario “Informaciones”, organizador de la carrera; Ródenas, de “ABC”; Rienzi, de “La Voz”; Díez de las Heras, de “As” y “Ahora” y Rodríguez, de “El Heraldo de Madrid”. También se desplazó un enviado especial del diario francés “París Soir”. Ellos fueron los encargados de transmitir el fervor del recibimiento y los acontecimientos de la venida a Almería de la ronda ciclista.

La sede de la Asociación de la Prensa, en la calle Rueda López, fue el marco de un “lunch” que los periodistas almerienses ofrecieron a sus compañeros y a los directivos de la Vuelta. Asistieron autoridades locales y el acto sirvió para que la Asociación de la Prensa presentase una rifa ideada para recabar fondos con destino al Montepío de la Prensa. Se pusieron a la venta participaciones de 1 peseta para el sorteo de una casa valorada en 12.000 pesetas, coincidiendo con la lotería de Navidad de ese año. La Guerra Civil impidió el desenlace de esta campaña.

Un acto cultural cerró el programa del día 11. Por la noche, en el Teatro “Cervantes”, tuvo lugar la puesta en escena de la obra “Rosa de Madrid”, a cargo de la Agrupación Artística “Poeta Sotomayor”. Cosechó un gran éxito y el recinto se llenó.

JORNADA DE DESCANSO Y SALIDA HACIA ALICANTE. MÁS HOMENAJES

La jornada de descanso del día 12 comenzó con una recepción a los corredores en el Ayuntamiento. Intervinieron el alcalde Ortíz Estrella, el presidente del comité deportivo de la vuelta y por parte del Grupo Lanchafri, organizador local, Gálvez. Después hubo una visita a la Alcazaba y paseo por las calles de la ciudad.

A mediodía, el Grupo Lanchafri homenajeó a los responsables de la carrera y periodistas con una comida. Ya por la tarde, en el Círculo Mercantil, tuvo lugar un baile con una numerosa presencia de “distinguidas señoritas de la sociedad almeriense”, según reseñas de la prensa. Fue una jornada de auténtico relax y diversión para los participantes a los que aún les quedaban catorce etapas por cubrir. Algunos se dedicaron por la mañana a entrenar en las cercanías de la capital.

El día 13, a las 6 de la mañana, los 37 ciclistas que llegaron a Almería tomaron la salida rumbo a Alicante. A pesar de lo temprano de la hora fueron muchos aficionados los que despidieron la Vuelta.

El paso de la ronda por la provincia despertó nuevas iniciativas. A los pocos días, el 3 de junio de 1936 se constituye un nuevo club, el Juventud Ciclista Almeriense, con sede en el bar “Colonial”. El 28 de ese mismo mes organizaron su primera carrera para seleccionar el equipo de Almería, que con cinco corredores  nos tenía que representar en la II Reunión “Pro – Olimpiada Popular de Barcelona”. Hubo dos pruebas más, los días 5 y 12 de julio. Unas jornadas después estallaba la Guerra Civil. Y  aquella fiebre ciclista, que había despertado el paso de la Vuelta, se vio truncada.
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ALMERÍA, EN EL ITINERARIO DE LA III EDICIÓN. TRIUNFO DE DELIO RODRÍGUEZ

Pero el Grupo Lanchafri, el auténtico artífice de la venida de la ronda española a  nuestra provincia en 1936, tras el paréntesis de la contienda, el 3 de agosto de 1939, se reorganiza capitaneado por Francisco Frías. Su mandato duró dos meses y medio, ya que el 11 de octubre se designó nueva directiva: Miguel García Requejo, que volvía como máximo mandatario de la entidad; Jesús Amézcua Carrillo, vicepresidente; Emilio Tapia Quereda, secretario y Manuel Ruiz Martínez, administrador. Poco a poco recuperan la actividad.

En febrero de 1940, el diario “Informaciones” de Madrid encarga al Lanchafri la organización de la llegada a Almería de una de las etapas de la III Vuelta Ciclista a España que preparaban. Pero al final no pudo celebrarse, ya que el rotativo madrileño no encontró el apoyo suficiente como para hacer realidad la tercera edición de la carrera.

Fue en 1941 cuando la Vuelta pudo reaparecer por tercera vez, organizada por la Obra Sindical de Educación y Descanso, siendo Almería final de la etapa del 17 de junio, que partió de Málaga. Los anfitriones locales  fueron Educación y Descanso de Almería y la Unión Velocípeda Almeriense. El recorrido desde la ciudad malagueña transcurrió por la costa y terminó en el Parque, en esa fecha denominado de José Antonio.

La llegada fue en pelotón de dieciséis, de los veinte ciclistas que entraron en meta. Con un tiempo de 9 horas 1 minuto y 9 segundos venció Delio Rodríguez, seguido de Fermín Trueba, Jimeno, Antonio Martín y Ezquerra. La general tras la etapa estaba encabezada por Trueba, Escuriet y Ezquerra, con una diferencia máxima de 6 segundos. La ronda culminó el 6 de julio, en Madrid, con el triunfo de Berrendero, a quién acompañaron en el podio Trueba y Jabardo.

Como puede observarse el éxito organizativo del paso de la Vuelta por Almería en 1936, fue determinante para que la carrera, en su tercera edición, primera tras la Guerra Civil, volviera a la ciudad. El público, en ambas ocasiones, dispensó un recibimiento multitudinario a los “ases” del pedal.

El nombre de Almería, como hemos observado, ha estado ligado estrechamente a los inicios de la historia de la Vuelta Ciclista a España, con un papel muy destacado.


BREVES RESÚMENES HISTÓRICOS DE LAS TRES PRIMERAS EDICIONES DE LA VUELTA CICLISTA A ESPAÑA, SEGÚN LA PROPIA ORGANIZACIÓN DE LA RONDA ESPAÑOLA ( web de la VUELTA CICLISTA A ESPAÑA)

I EDICIÓN, 1935.-  Las condiciones en las que se vieron obligados a competir los 50 participantes convirtieron en epopeya aquella primera edición de la Vuelta a España, ganada por el belga Gustaaf DELOOR, tras una enconada lucha con el español Mariano CAÑARDO, quien padeció todo tipo de desgracias que le impidieron ser el primer vencedor de la ronda hispana. Los ciclistas tuvieron que recorrer 3.425 kilómetros, divididos en catorce etapas, diez de las cuales superaban los 250 kilómetros. Y todo ello sobre bicicletas de hierro terriblemente pesadas, que sufrían continuos pinchazos y averías que debían arreglar los mismos corredores, quienes en ocasiones se veían obligados a finalizar las etapas en bicicletas de paseo cedidas por los espectadores. El lunes 29 de abril de 1935 se inició la apasionante historia, cuya calidad se vio mermada ese año por la coincidencia de fechas con el Giro de Italia. Las primeras etapas se cobraron los abandonos de ciclistas como Antonio ESCURIET, Federico EZQUERRA, Luciano MONTERO y Fermín TRUEBA, lo que dejó a DELOOR y a CAÑARDO como únicos aspirantes al triunfo final. El belga se mostró más regular y se hizo con una merecida victoria, como demuestran los más de doce minutos de diferencia que hubo entre ambos. Sólo cuatro ciclistas españoles pudieron subir al podio como vencedores de etapa: ESCURIET, primer líder de nuestro país en la historia de la Vuelta a España, CAÑARDO, Salvador CARDONA y Antonio MONTES. No obstante, lo más importante ya estaba hecho. Se había puesto en marcha la Vuelta a España.

II EDICIÓN, 1936.- La delicada situación social y política que vivía España estuvo a punto de impedir la celebración de la segunda edición de la Vuelta y hasta el mismo día de su comienzo no se pudo confirmar su inicio. El esperado duelo entre los dos primeros clasificados del año anterior, Gustaaf DELOOR y Mariano CAÑARDO, se vio truncado por una caída del español en la primera etapa. Un perro se cruzó en el camino de CAÑARDO y se fue al suelo, sufriendo múltiples heridas en las piernas y en la cabeza. Pese a ello logró llegar a la meta, aunque sus opciones de liderar la clasificación el último día ya habían desaparecido totalmente. El belga ya no abandonó el liderazgo y se dedicó a ayudar a su hermano Alfons DELOOR para que consiguiera el segundo puesto en la general, algo que logró gracias a la involuntaria colaboración de Antonio ESCURIET, segundo clasificado hasta la penúltima etapa, en la que sufrió una terrible pájara que le relegó al quinto puesto de la clasificación final. La victoria, segunda consecutiva, de DELOOR se vio revalorizada con la presencia de ciclistas de la calidad de Julián BERRENDERO, revelación en aquella edición, Delio RODRIGUEZ y Vicente y Fermín TRUEBA, quienes aumentaron el prestigio de la Vuelta a España.
Entre los españoles destacó, además de ESCURIET y BERRENDERO, Vicente CARRETERO, quien se reveló como el mejor sprinter de nuestro país y dejó como muestra cinco triunfos de etapa.

III EDICIÓN, 1941.- La primera Vuelta a España de la posguerra tuvo un absoluto protagonismo español. La II Guerra Mundial mermó considerablemente la participación extranjera y sólo cuatro corredores foráneos, todos suizos, tomaron la salida. Esta edición pasó a la historia, además de por el primer triunfo final de un español, por las doce victorias de etapa que logró Delio RODRIGUEZ, uno de los mejores sprinters que ha tenido nuestro país. No obstante, ese impresionante número de triunfos no fue suficiente para asegurarle un puesto entre los cinco primeros clasificados de la general. Julián BERRENDERO y Fermín TRUEBA deleitaron a los aficionados con un duelo espectacular, que mantuvo su interés prácticamente hasta el último día, y que se saldó finalmente con la victoria del primero, quien sentenció la carrera en una contrarreloj de 53 kilómetros, celebrada entre Gijón y Oviedo, y en la que aventajó en más de cuatro minutos y medio a TRUEBA. Fue un pinchazo lo que le hizo perder todas sus opciones ya que en aquella época pinchazos y averías debían ser reparados por los mismo corredores, quienes afrontaban las etapas provistos de una cámara de recambio. La victoria del cántabro TRUEBA en la etapa reina de la Vuelta, con final en Santander, no fue suficiente para que se adjudicara el triunfo final, aunque le permitió liderar la clasificación de la montaña con un punto de ventaja sobre BERRENDERO.

FOTOS

1.- Gustaaf Deloor entra como vencedor en la primera etapa de la Vuelta con final en Bilbao, en 1935.- Foto Telesforo Gil del Espinar. Fuente ABC.ES Deportes. Ilustración del artículo de Víctor Pérez, "La Vuelta se hizo grande en el País Vasco". Enlace ABC.ES
2.- Parque Nicolás Salmerón, escenario de la mayoría de las pruebas ciclistas, entre ellas las llegadas de la Vuelta a España.
3.- Una multitud observa a los 50 corredores que van a iniciar la primera Vuelta Ciclista a España alineados frente al Ministerio de Fomento (hoy de Agricultura) en la Ronda de Atocha de Madrid. La Guardia de Asalto (Policía de la II República) cuida de que el gentío no moleste a los ciclistas. No es muy necesario. La gente mira con admiración y respeto a los ases que van a afrontar esta gran aventura.- Del Blog Ciclismohistoria

4.- Gustaaf Deloor, corredor belga, vencedor de la etapa con final en Almería de la Vuelta de 1936 y además ganador de las dos primera ediciones de la ronda española.- Del blog HITORIADELCICLISMO

5.- Delio Rodríguez, ciclista gallego que entró primero en la etapa con final en Almería de la edición de 1941 de la Vuelta Ciclista a España.- Fuente CICLISMO CORUÑÉS

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