Kayros
Periodista
Estoy recogiendo información sobre el próximo plebiscito andaluz. Guardo en mi archivo lo que dicen los partidos para luego confrontarlo con lo que tendremos que oír en la próxima campaña oficial. A mí me enseñaron cuando estudiaba que la opinión pública no es la suma de las opiniones individuales sino otra cosa que la sobrepasa por encima o por debajo aunque tenga cierto anclaje en la realidad. Según este principio, el Partido Popular tiene mucho ganado al haber triunfado y de qué manera en toda España. La fuerza motriz de este triunfo actuará de dinamizador también en Andalucía pero tampoco hay que echar en olvido la memoria histórica del hambre y el señoritismo.
Javier Arenas va a montar su estrategia, según confiesa, en el paro, los treinta años de gobierno socialista y los ERE. José Antonio Griñán, por su parte, pide refuerzos del partido que debe poner toda la carne en el asador para frenar al Partido Popular. La experiencia dicta que casi todo lo que se dice en campaña luego no aparece. Es una puesta en escena para ganar seduciendo al elector. Estas próximas elecciones autonómicas en Andalucía van a ser pues un combate muy duro en donde ya sabremos algo de cómo el PP con sus recortes y su campaña de austeridad resuelve los problemas de la crisis en el país.
Que algunos ministros de la derecha pura y dura vengan ahora a pedir ayuno y abstinencia después de ciertas metas conseguidas en el Estado del Bienestar puede resultar hasta revolucionario y a lo mejor nos acordamos más de la cuenta de las luchas obreras que precedieron a la transición. En cualquier caso, Andalucía no es Madrid, ni Valencia, ni Torremolinos.
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