A los empleados de Unicaja no les salen las cuentas

Emilio Ruiz
www.emilioruiz.es

Quienes fueron la semana pasada a Unicaja a realizar una operación observaron en el impreso correspondiente que la entidad, aún siendo la misma, tiene distinto nombre: Unicaja Banco, S. A. Lo mismo les ha pasado a los clientes de Caja España y Caja Duero. Su entidad también tiene nuevo nombre: Banco de Caja España de Inversiones, Salamanca y Soria, S. A. La constitución de estos dos bancos es el paso previo a la constitución de otra nueva entidad, el banco común, que será el que operará tras la fusión de ambos.

La fusión suma sinergias, que se dice en el lenguaje del sector, pero también deja damnificados. Los excedentes de plantilla se estiman en 1.800 trabajadores. España-Duero ya se ha adelantado a decir que la mayoría debe ser de Unicaja, pues ellos hicieron su ajuste de 800 personas cuando se fusionaron. Los trabajadores de Unicaja que superan los 56 años –ó 54, según manden las circunstancias- andan estos días haciendo las cuentas de su prejubilación. Las noticias que les llegan no son muy alentadores: se los quieren quitar de encima con el 60 % del salario actual o con una indemnización de 30 días por año trabajado y un tope de 24 mensualidades. Una miseria, dicen, si se compara con el 95 % que se les ha dado, hasta ahora, a los prejubilados.

La banca, contrariamente a lo que siempre se ha creído, anda escasa de dinero. El nuevo banco dice que aquellos tiempos de generosidad en las prejubilaciones pasaron a la historia. Que lo ofrecido es lo que hay o empiezan a formalizar despidos procedentes por causas económicas. Y eso es aún peor, pues pueden finiquitar al personal con 20 días por año. Veremos a ver en qué queda el asunto.

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