Tiritas a la crisis del PSOE

Teleprensa

Editorial

El nombre de Pepa Requena, que parece animada a optar a la secretaría general de la Agrupación Local del PSOE de Almería, ha terminado por hacer saltar nuevamente el descontento en las filas socialistas sobre la manera en que se está organizando el partido. En realidad sólo ha habido de tregua una semana plagada de tropezones festivos, en los que los políticos, en general, se han pronunciado más bien poco sobre casi nada.

Lo cierto es que tras las elecciones generales, el PSOE de Almería ha terminado por desmoronarse y por mucho que el secretario general en Andalucía, José Antonio Griñán, quiera sacar pecho con frases como 'si en una crisis una mayoría se transforma en otra mayoría distinta, bienvenida sea' porque la formación socialista es 'abierta, democrática y libre, donde todo el mundo se expresa', lo cierto es que el proceso que se está siguiendo en la capital deja un tufillo poco convincente.

Expresarse todo el mundo se expresa. Para eso nacen plataformas como Redflexiona. Otra cosa es que éstas se hagan necesarias porque desde el seno mismo del partido no se puede hablar. Muchos militantes de bases están reclamando esto, más democracia interna, cansados de familias, al puro “estilo alcapone”. Y es que hay mucha gente que no se siente de nadie y que reclama un líder, una persona capaz de convencer por méritos propios al personal, de entusiasmar y de encabezar un proyecto que invite a arrimar el hombro, porque hasta ahora sólo se han visto arrimados en busca de beneficio personal.

Las prisas por querer llegar al congreso nacional con los deberes hechos no pueden obstaculizar un proceso que si se decide recortar por métodos poco ortodoxos o al menos no comprensibles para una parte de los militantes, lejos de ser un atajo pueden convertir el sendero más sinuoso y con más dificultades añadidas de las deseadas.

Los socialistas deberían ser muy conscientes de que las autonómicas se ponen muy cuesta arriba y la pendiente puede ser aún más empinada si no hay unidad. Poner más tiritas para cortar una hemorragia que lleva meses sin cerrarse es, sencillamente, autoengañarse.