Ingeniero-Paisajista
Propone la UNESCO para la educación del S.XXI: Aprender a pensar, Aprender a actuar, Aprender a ser y Aprender a convivir. Almería es una ciudad que cuenta con el clima para desarrollar comunidades fácilmente y para generar vida en la calle. Una sociedad que considera el espacio urbano suyo lo usa frecuentemente estrechando relaciones con la comunidad. Una comunidad cuyos miembros mantengan una relación relativamente estrecha entre ellos genera no sólo un barrio más seguro y saludable sino una ciudadanía más feliz y más segura de sí misma.
Sin embargo, y dependiendo del barrio, Almería no cuenta con la cantidad de espacios necesarios para formalizar adecuadamente y de manera sencilla y segura este tipo de relaciones, puesto que pocas son las plazas y los espacios que se ponen a disposición de las personas con un mantenimiento adecuado. Lo que sí tenemos todos, o casi todos, cerca de casa son solares. Parcelas urbanas sin construir procedentes de la demolición de un edificio o de un hueco dejado en mitad durante el crecimiento de la ciudad. Parcelas que a veces tardan en convertirse en edificios, más aún en la actual coyuntura económica y en particular del sector financiero y de la construcción. ¿Por qué dejar que esos solares se queden vacíos mientras las malas hierbas crecen y el sol reseca la tierra? ¿No se podría hacer algo más ahí?
Comprender el entorno urbano, la ciudad, requiere en la actualidad una mirada abierta. No debemos abordar el espacio urbano sólo como la dimensión física de la ciudad, sino que es fundamental incorporar la experiencia de quienes habitan en ella. Y esta idea se complementa con que las experiencias de vivir en una ciudad son muy diversas y dependen de las expectativas, los logros, las frustraciones, etc., de las ciudadanas y los ciudadanos.
La Ciudad de Almería, a través de la participación de numerosos colectivos comprometidos (vecinales, culturales, profesionales,…), se muestra como una ciudad que late comprometida por la puesta en valor de su patrimonio y su desarrollo sostenible. Soñamos con espacios verdes, comunitarios y compartidos, plazas y parques que hermoseen la ciudad, calles engalanadas de macetas, donde la iniciativa de vecinos y vecinas comprometidos hacen, como de la calle Dulcinea, un apasionante descubrimiento en la ciudad.
ALMERÍA, UNA CIUDAD DIFERENTE
ResponderEliminar¿ Somos diferentes? No son solo las tapas, el clima, las costumbres, acento y paisaje los que conforman nuestra idiosincracia y forma de afrontar la vida. Además hay otras cosas. Basta con visitar otras ciudades para apercibirnos de que aquí "algo es distinto". En Córdoba o Cáceres, Vitoria o Granada, Murcia o Cádiz, por citar algunas, uno pasea por centros urbanos donde el valor y sabor de lo antiguo se ha mantenido, los edificios se rehabilitan y no se demuelen, el comercio tradicional se refuerza y no sucumbe, los espacios de ocio se hacen con árbolado y no cemento, la cultura llega a los parques y plazas, y la vida florece en torno a los mismos sin un mayor esfuerzo adicional.
En nuestro centro histórico, con estrechas calles de trazado árabe, coexiste lo antiguo y lo viejo, con la aluminosis, lo ruinoso y los "mamotretos" de varias plantas; lo que se salvó de la especulación y la piqueta ha acabado por no encajar con las nuevas construciones aledañas; el tráfico se hace insostenible y el aparcamiento imposible (si no pagas); el comercio sucumbe ante los centros comerciales -autenticas catedrales del siglo XXI- y la vida cultural se ausenta de las plazas y espacios abiertos ,.....¿quién sabe si por aquello del viento de nuestra ciudad?..., y el centro muere con el cierre de las persianas de comercios y oficinas....... y muere cada vez mas.
Si miramos el anverso de nuestra Plaza Vieja y Ayuntamiento encontraremos hammanes con la cara bien lavá y recién pintá. En el reverso cascotes, desconchones, ruinas y basuras: todo un simbolo.
Entre tanto nuestros gobernantes nos venden un nuevo modelo de ciudad -por no llamarle esperpento urbanístico- mas digno de Megalópolis o Las Vegas, que de una ciudad costera del sur de Andalucía donde se debe compatibilizar encanto y funcionalidad. Se ha abandonado del modelo de ciudad mediterránea donde se respetan los trazados tradicionales, la utilización y vida permanentes de los centros de las ciudades, en aras de un centro urbano de uso administrativo que queda muerto en cuanto esta actividad cesa.
En todo este contexto subyacen otros intereses y cuestiones de fondo, no menos importantes,… toda una seña de identidad del modo de hacer ciudad a que nos han acostumbrado. Y todo esto pasa en nuestra ciudad sin que el almeriense pestañee, ni se mueva una hoja.
Fdo.: Carlos Mª García Molina
Sucumben todo tipo de negocios salvo bares y cafeterías. ¿No es ya bastante sintomático de una pobreza cívica impropia de una ciudad? Con este electorado tenemos lo que nos merecemos dirigiendo la ciudad, y no es que me gusten más unos que otros, es que es un chollo para cualquiera tener un pueblo así de fácil de gobernar. Si es que ni siquiera los columnistas saben de lo que hablan a veces y sacan a relucir su sesgo ideológico para tapar su ignorancia (ejemplo claro es el de la zona azul).
ResponderEliminarEn fin, que al final quien quiera buscarse un trabajo en condiciones va a tener que irse fuera y venir aquí por vacaciones nada más, para estar todo el día del bar a la peluquería y de la peluquería al bar.
Buena reflexión a cerca de lo que singnifica la ciudad en manos de los ciudadanos o, lo que es lo mismo, la democratización de la ciudad y de las relaciones de sus moradores.
ResponderEliminar¿Estamos preparados?