Teleprensa
Editorial
 |
| Arenas, candidato por Almería |
Muchas voces se han oído y cada vez se escuchan con más intensidad apelando a la necesidad de limitar los mandatos. Dos legislaturas son más que suficientes para dejar un sello personal y no caer en la tentación de la prepotencia y el deterioro del gobierno. Es un tiempo que además permitiría regresar al trabajo original sin tener que dar mucha formación previa para reciclarse. Claro que eso es una utopía. En la práctica, la inmensa mayoría no se plantea estar dos mandatos y salir por la puerta grande.
De la misma manera la acumulación de cargos que ostentan los “elegidos” en algunos casos es indecoroso, pues si son capaces de ejercer tantos a la vez es que éstos más que dar trabajo proporcionan suculentos beneficios. Pero además habría que dar una vuelta de tuerca más para que incluso los cargos públicos no tuvieran cargos orgánicos dentro de los partidos. Algunos, como el PNV, ya utilizan la fórmula de no hacer coincidir la presidencia del partido con la de lehendakari y es un acierto. El cargo institucional hay que trabajarlo e incluso hacerlo con cierta lejanía con respecto al partido.
De la misma manera la acumulación de cargos que ostentan los “elegidos” en algunos casos es indecoroso, pues si son capaces de ejercer tantos a la vez es que éstos más que dar trabajo proporcionan suculentos beneficios. Pero además habría que dar una vuelta de tuerca más para que incluso los cargos públicos no tuvieran cargos orgánicos dentro de los partidos. Algunos, como el PNV, ya utilizan la fórmula de no hacer coincidir la presidencia del partido con la de lehendakari y es un acierto. El cargo institucional hay que trabajarlo e incluso hacerlo con cierta lejanía con respecto al partido.
Esta costumbre que tienen las formaciones políticas de organizarlo todo de una manera piramidal dando todos los poderes al que está arriba resulta ya demasiado medieval para los tiempos que corren.
Pero si todo esto está más que trillado -por comentado, que no porque se esté llevando a la práctica-, lo que se echa de menos es que no se hable de cuántas veces permite un partido a un individuo presentarse bajo sus siglas sin conseguir ningún éxito electoral. El PP está muy molesto con los 30 años que lleva el PSOE gobernando en Andalucía pero en los últimos años ni siquiera se ha molestado en cambiar el cabeza de lista cuando tal vez ha podido estar ahí su error. Javier Arenas insiste nuevamente y es el candidato popular a presidir la Junta, pero por si le falla se garantiza el respaldo de Almería, provincia que especialmente en los últimos años ha votado clamorosamente al PP. Toda una argucia para no sentirse perdedor.
Pero si todo esto está más que trillado -por comentado, que no porque se esté llevando a la práctica-, lo que se echa de menos es que no se hable de cuántas veces permite un partido a un individuo presentarse bajo sus siglas sin conseguir ningún éxito electoral. El PP está muy molesto con los 30 años que lleva el PSOE gobernando en Andalucía pero en los últimos años ni siquiera se ha molestado en cambiar el cabeza de lista cuando tal vez ha podido estar ahí su error. Javier Arenas insiste nuevamente y es el candidato popular a presidir la Junta, pero por si le falla se garantiza el respaldo de Almería, provincia que especialmente en los últimos años ha votado clamorosamente al PP. Toda una argucia para no sentirse perdedor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario