El pregón de Soraya

Kayros

Periodista

La vicepresidenta Soraya Sáez de Santamaría tiene toda la pinta de una niña bien, aplicada y trabajadora que nació ya dentro del sistema democrático y por lo tanto no le concierne mucho la unidad Iglesia /Estado ni los viejos conciertos franquistas con el Vaticano. Ella vive bajo una Constitución laica y aconfesional fruto del esfuerzo conciliador de los partidos políticos por asemejarnos a las naciones más desarrolladas de Europa y del mundo. La implantación de estas normas en la sociedad española dio pie para que Fernández Ordóñez consiguiera aprobar la Ley del Divorcio y luego más tarde los socialistas siguieron avanzando con el matrimonio homosexual, las tres condiciones del aborto lícito y demás cuestiones supuestamente "progres".

Claro, a la Iglesia católica esto de la progresía le repatea no poco, ella es eterna, no está a merced de las frivolidades de la estación, ella predica el humanismo cristiano (que no sabemos bien lo que es hasta que nos lo explique Javier Arenas); así que el Arzobispo de Valladolid se las tiene tiesas con la vicepresidenta porque ésta ha sido nominada para pronunciar el pregón de Semana Santa y resulta que está casada por lo civil. ¡Cielos, pero cómo pueden ocurrir estas disfunciones herejotas en un partido que cree en el más allá!

Si estuviera todavía Zapatero probablemente los obispos habrían organizado otra marcha por Madrid para protestar contra los disparates del socialismo marxista y ateo, lo que pasa es que al estar Rajoy ya es distinto, prefieren concebir la Semana Santa vallisoletana como unos juegos literarios en vez de lo que sigue siendo hasta hoy, una fiesta religiosa. En este plan ya podrá Soraya desplegar todos los tópicos primaverales, contentando así al Ayuntamiento que parece ser un poco más conciliador que el propio Arzobispo.

Lo que me interesa más de esta anécdota es poner en valor cómo algunos militantes conservadores se han ido beneficiando con el tiempo de los logros obtenidos por la izquierda a golpe de porra y de encierros en comisaría.