Periodista
Tomó posesión hace apenas dos semanas y ya ha incumplido casi más promesas electorales que su antecesor, que ya es decir. Me refiero a Rajoy, que parece estar utilizando su programa electoral a modo de papel higiénico, y como es propio en él, agazapado y sin dar la cara. “Para eso está Soraya…”, pensará el gallego. La justificación del nuevo Gobierno de la Nación es conocida por todos: “No sabíamos lo que nos íbamos a encontrar… y lo que nos hemos encontrado es mucho peor de lo que nos habían dicho, por lo que tenemos que ahorrar más de lo previsto”. Es la excusa más utilizada por los populares. Y digo yo, ¿si no sabían lo que había, para qué narices prometieron no subir impuestos? Incluso ya suenan rumores sobre la más que probable subida del IVA –una más- tras las elecciones andaluzas de marzo.
Hasta el más optimista esperaba que, nada más llegar al poder, Rajoy metiera la tijera hasta provocar la arcada. Sin embargo, tengo la impresión de que son muchos, incluidos votantes del PP, los que están apesadumbrados con la congelación del salario mínimo o el incremento del IRPF, entre otras lindezas que, insisto, siguen sin ir acompañadas de recortes de sueldos y prebendas de los que disfrutan nuestros admirados dirigentes.
Habrá quien salga con que esto es el chocolate del loro; de ser así, en España tenemos la población de esta ave parlante más numerosa y privilegiada del mundo entero. Que me digan si no por qué en mi país tenemos los sueldos más bajos de Europa, pero nuestra clase política cobra más o menos lo mismo que sus homólogos europeos.
Desde tiempos de los romanos, para evitar que la gente se haga este tipo de razonamientos, se les ha intentado contentar con eso de “pan y circo”. Ahora que escasea el pan, ¿nos darán más circo? ¿Significará eso que Sálvame tendrá un canal propio para emitirse 24 horas seguidas? Me despido soñando con que el presidente de mi país –llámese González, Aznar, Zapatero o Rajoy- no me mienta más. Al menos, no con tanto descaro.
(http://www.almeria102.blogspot.com/)
Hasta el más optimista esperaba que, nada más llegar al poder, Rajoy metiera la tijera hasta provocar la arcada. Sin embargo, tengo la impresión de que son muchos, incluidos votantes del PP, los que están apesadumbrados con la congelación del salario mínimo o el incremento del IRPF, entre otras lindezas que, insisto, siguen sin ir acompañadas de recortes de sueldos y prebendas de los que disfrutan nuestros admirados dirigentes.
Habrá quien salga con que esto es el chocolate del loro; de ser así, en España tenemos la población de esta ave parlante más numerosa y privilegiada del mundo entero. Que me digan si no por qué en mi país tenemos los sueldos más bajos de Europa, pero nuestra clase política cobra más o menos lo mismo que sus homólogos europeos.
Desde tiempos de los romanos, para evitar que la gente se haga este tipo de razonamientos, se les ha intentado contentar con eso de “pan y circo”. Ahora que escasea el pan, ¿nos darán más circo? ¿Significará eso que Sálvame tendrá un canal propio para emitirse 24 horas seguidas? Me despido soñando con que el presidente de mi país –llámese González, Aznar, Zapatero o Rajoy- no me mienta más. Al menos, no con tanto descaro.
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