Fraga fue para Almería algo más que el baño de Palomares

Antonio Torres Flores

Director de RTVA-Almería

El baño de Manuel Fraga Iribarne en Palomares ha vuelto a ser una de las imágenes más utilizadas por las televisiones de todo el mundo para referirse a la figura de un político que supo adaptarse a la vida pluralista española, tras su paso por el gobierno de Franco. Una foto de la historia mundial. Esa imagen del baño forma parte de la historia de España, pero el exministro de Información y Turismo mantuvo una gran actividad con esta tierra.

La imagen de Fraga en aguas de Palomares no
sólo forma parte de la historia de Almería, sino
de la historia mundial

En el ámbito público impulsó la construcción del Parador de Mojácar y la Escuela de Hostelería de Almería. Su relación con Mojácar y especialmente con su carismático alcalde Jacinto Alarcón Haro fueron más que evidentes, proporcionando accesos, la red de agua, teléfono y electrificación. Incluso Fraga propuso el Premio Nacional de Turismo a la corporación de Mojácar que presidió Alarcón. Fraga  lanzó la construcción del hotel Aguadulce, el primero de la provincia, junto al general Máximo Cuervo, según la tesis doctoral de Gutiérrez Navas y corroborado a este autor por el consejero de Estado Miguel Vizcaíno Marques (Ohanes, 1913) en  Crónica de un sueño. Siempre creyeron en la importancia paisajística de Cabo de Gata.

Cada visita de Fraga a Almería suponía una oleada de inauguraciones. Siguieron las bendiciones del Gran Hotel Almería y las aperturas de los hoteles Hairán e Indálico, en la capital, según la crónica del corresponsal de Abc José Valles Primo, exredactor de La Voz de Almería y primer columnista del diario Ideal en Almería. El gobernador civil y jefe provincial del Movimiento Luis Gutiérrez Egea le concedió  la Medalla de la Provincia de Almería  en 1966, y en abril de 1968 fue el alcalde de Almería, Guillermo Verdejo Vivas, quien le entregó la Medalla de Oro de la Ciudad de Almería.

Son notorias sus aportaciones para que su gobierno impulsara medidas para que la industria cinematográfica se consolidara en Almería. El sector privado no respondió a esa propuesta y ya es historia que Almería, el desierto, Tabernas y Cabo de Gata perdieron una oportunidad. No se supo aprovechar una situación ni las posibilidades que ofreció la inauguración del Aeropuerto de Almería. En la anécdota que muestra el comportamiento provinciano de la época conviene subrayar que Maribel, la hija de Fraga, doctora que le atendió en sus últimas horas, fue elegida reina de las Fiestas de Almería. Periodistas insignes de la época como Tico Medina, Emilio Romero y Luis María Ansón acudieron a dicha coronación de la Feria de 1969.

Cuando se  inauguró el Aeropuerto, Franco agasajó a los periodistas en el Club de Mar.  Fraga Iribarne se hizo acompañar en la mesa por las dos únicas mujeres de la prensa asistentes al acto, María del Cano Pérez y Jean Mc Donungh, corresponsal de United Press Internacional. En la misma mesa, entre otras autoridades, estaba el cuñado de Fraga y años después Director General de RTVE, Carlos Robles Piquer, la autoridad que inauguró en 1982 el centro de Sierra Alhamilla que permitió ver el Mundial de Fútbol a casi la totalidad de los almerienses.  “Fraga tuvo con mi padre algún incidente porque en la Alcazaba le pidió que no filmara el paisaje sino que se centrara en su figura. Tras una enérgica protesta de mi padre, en viajes posteriores mantuvieron amistad y colaboró en todo lo que pudo para que saliera una imagen turística de Almería”,  rememora Mar Cano.

Javier Aureliano García Molina, vicepresidente de la Diputación de Almería, considera que la virtud de Fraga fue la de conducir todo su pedigrí del franquismo “con las cosas buenas y malas a la democracia”.

Asegura el catedrático Ángel Faus que ha tenido en sus manos cartas firmadas de puño y letra del ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga, dirigidas a directores generales de cadenas de radio. En ellas se amenaza con el cierre definitivo de la emisora central y la revocación de las licencias de todas las emisoras de esos grupos si, en horas, no se suprime un programa concreto o se pone en la calle a determinado profesional.

El teleclub, punto de encuentro de los ciudadanos en los pueblos para ver la televisión, fue obra de Fraga Iribarne. El delegado de Turismo de la época, Martínez de los Reyes, recorrió los pueblos más pequeños de la provincia entregando televisores y la suscripción a la revista TeleRadio. El emigrante Melchor García consolidó una estrecha amistad con un hermano de Fraga Iribarne, cónsul en Alemania. Este envió una carta al ministro e inmediatamente se inauguró el teleclub de Los Gallardos.

Fraga, uno de los padres de la Constitución,  tuvo en el catedrático almeriense Andrés García Lorca una persona leal para intentar acabar con el núcleo duro de la extrema derecha almeriense.  Fraga no condenó al régimen dictatorial de Franco, dirigente que firmó varias penas de muerte, cárcel y represión por todas partes. Fraga fue adaptándose a los nuevos tiempos y en Almería buscó en un jovencísimo profesor, Andrés Miguel  García Lorca,  para que el nuevo partido de Alianza Popular tomara impulso. Les costó mucho sufrimiento hasta el punto de que en 1982 muchas personas pensaron que García Lorca era del PSOE. Todo porque el entonces gobernador civil le colocó escolta ante las amenazas, intentos de agresión y llamadas telefónicas a media noche por parte de familias tradicionales almerienses que no dejaron de calumniar a los padres del centro derecha almeriense. Los trabajos de criba de aquellos años difíciles, quizá, sean la consecuencia del gobierno y la fortaleza actual de la marca PP. Carmen García Lemos llamó tontos y adinerados a los miembros de la derechona más cerril y cateta. Intentaron hacerle la vida imposible a García Lorca y a su colaboradora en Almería, Remedios Jurado. Fraga siempre contó con esa lealtad.