Andrés García Lorca
Subdelegado del Gobierno en Almería
Reproducimos las palabras pronunciadas por el nuevo subdelegado del Gobierno en Almería, Andrés García Lorca, en el acto de su toma de posesión, celebrado hoy en la subdelegación del Gobierno en Almería
Excelentísima Sra. Delegada del Gobierno, excelentísimas e ilustrísimas autoridades. Señoras y señores:
Agradezco a los que me han designado para el cargo que he jurado la confianza depositada en mi persona para cumplir la importante y delicada tarea, como es la que la ley encomienda a los subdelegados del gobierno, y en concreto, por hacerlo en la provincia de Almería, tierra en la que he realizado mi vida, a la que amo profundamente y por la que he luchado y me he comprometido siempre.
Por sentido de la justicia y no por cortesía institucional agradezco a mi antecesor en el cargo su trabajo y mi reconocimiento a su prudente gestión de gobierno. Gracias, Andrés.
Sea mi primer saludo a los que me acompañáis en este acto y que representáis a la sociedad, instituciones de la Provincia y medios de comunicación social; me gustaría que este saludo general lo personalizarais cada uno con vuestro nombre, os conozco prácticamente a todos. Solo quiero que sepáis que como siempre estoy a vuestra disposición, mí tiempo no contará para vosotros, pero sí os pido a cambio ayuda y colaboración para lograr el progreso de Almería y de sus gentes.
Por mis raíces y permanencia tengo la suerte de conocer y haber convivido en distintas situaciones con un gran número de almerienses de muy diferente condición, procedencia e ideología, pero que no están aquí y ahora. Mi saludo para ellos, les recuerdo que son mi referente y también mi objetivo de actuación institucional. Espero no defraudarlos, sí, por el contrario, conservar su confianza y amistad para poder seguir conviviendo como lo hemos hecho hasta hoy.
Agradezco a mi familia su espíritu de sacrificio por aceptar mi nueva situación, pues ellos serán los sujetos pacientes de las limitaciones que supone el ejercicio de esta función pública.
Asumir la responsabilidad de Subdelegado del Gobierno de España en Almería para mí ha supuesto renunciar a un presente profesional muy gratificante en todos los sentidos, pero acepto esta situación con la ilusión y alegría que produce el poder ser útil a los demás. Y esto solo lo puedo explicar desde una perspectiva personal muy íntima. Cuando era adolescente leí a un filósofo y poeta indio, fue Premio Nobel de Literatura, Rabindranath Tagore. Un fragmento de sus textos me cautivó y dio sentido a mi vida. Dice así: "... Dormía y soñaba que la vida no era más que alegría. Me desperté y vi que la vida no era más que servir, serví y vi que el servir era alegría". Esta idea de servicio, insisto, ha dado el sentido a mi vida, por eso, los que me conocéis desde siempre sabéis que desde muy joven me impliqué en la actividad política y en las estructuras sociales de participación pública, pero siempre manteniendo la coherencia ideológica con unos principios, los del humanismo cristiano y que políticamente son los principios que propugna el PP como partido. No olvidemos que las ideas son las que dan el sentido a las acciones y éstas las tengo claras, por eso me he mantenido fiel a ellas, y han sido éstas las que me han proporcionado la seguridad para abrirme al diálogo y a la aceptación de las personas que opinan de forma distinta. Solo cuando se es débil ideológicamente aparecen la intransigencia y el sectarismo, términos que aborrezco.
Conozco las funciones y responsabilidades de un subdelegado de gobierno, asumo convencido los principios de jerarquía y lealtad institucional. Procuraré con todas mis fuerzas ejercer la necesaria cooperación interinstitucional en bien de la sociedad. Pero también quiero dejar claro lo siguiente: como representante del poder ejecutivo en la provincia y por encima de todo defenderé el estado de derecho en el ámbito de mis competencias. No olvidemos lo que decía Agustín de Hipona, que aparte de ser un gran santo fue un gran jurista: "Si se quita el derecho, el Estado se convierte en una gran caterva de bandidos". En idéntica medida, mi compromiso de gestión responderá a los principios de la ética política tal y como los manifestara Cicerón hace ya más de 2000 años: “Los que hayan de gobernar el Estado deben tener siempre presente estos dos preceptos: el primero, defender los intereses de los ciudadanos de forma que cuanto hagan lo ordenen a ellos, olvidándose del propio provecho; el segundo, velar sobre todo el cuerpo de la “Res pública”, no sea que, atendiendo a la protección de una parte, abandonen las otras”.
Todos los que me conocéis sabéis de mi interés por Almería y aunque nunca la conozca lo suficiente, al menos tengo claras sus oportunidades, debilidades y amenazas, así como una perspectiva empírica y documentada de la realidad de su sistema territorial. Pero necesito opiniones, consejos e iniciativas para generar alternativas de producción y empleo tan necesarias en estos tiempos de crisis. Pero también, para hacer llegar a la Delegada del Gobierno en Andalucía las demandas sociales de una tierra que fue irredenta e históricamente ignorada y que hoy, a pesar de la crisis que nos lacera, sigue con voluntad de motor de desarrollo pero necesitada de equipamientos e infraestructuras.
Solo me resta señalar que si he asumido este compromiso lo hago para trabajar con dedicación e intensidad, buscando la eficiencia en el servicio al bien común, no el aplauso fácil ni la congratulación halagüeña. Por eso siempre estaré abierto a la crítica y al diálogo. Como persona puedo errar y por eso necesitaré de la corrección leal y sincera que ya asumo desde este momento. No hay nada más peligroso para un gobernante que el aplauso de los incondicionales
Finalizo con un ruego, una petición y si es necesario con una exigencia a los que están conmigo en este proyecto de servicio a Almería, Andalucía y España. Vamos a trabajar bien, esforzándonos y con perseverancia, solo así aseguraremos el éxito en una gestión que ha de tener como objetivo el promover las condiciones necesarias para el ejercicio de un orden social justo, que permita el desarrollo integral e integrado de las personas y de la sociedad a la que servimos.
Muchas gracias.
Agradezco a los que me han designado para el cargo que he jurado la confianza depositada en mi persona para cumplir la importante y delicada tarea, como es la que la ley encomienda a los subdelegados del gobierno, y en concreto, por hacerlo en la provincia de Almería, tierra en la que he realizado mi vida, a la que amo profundamente y por la que he luchado y me he comprometido siempre.
Por sentido de la justicia y no por cortesía institucional agradezco a mi antecesor en el cargo su trabajo y mi reconocimiento a su prudente gestión de gobierno. Gracias, Andrés.
El nuevo subdelegado del Gobierno, en su primera visita institucional, a Gádor / Noticias de Almería |
Por mis raíces y permanencia tengo la suerte de conocer y haber convivido en distintas situaciones con un gran número de almerienses de muy diferente condición, procedencia e ideología, pero que no están aquí y ahora. Mi saludo para ellos, les recuerdo que son mi referente y también mi objetivo de actuación institucional. Espero no defraudarlos, sí, por el contrario, conservar su confianza y amistad para poder seguir conviviendo como lo hemos hecho hasta hoy.
Agradezco a mi familia su espíritu de sacrificio por aceptar mi nueva situación, pues ellos serán los sujetos pacientes de las limitaciones que supone el ejercicio de esta función pública.
Asumir la responsabilidad de Subdelegado del Gobierno de España en Almería para mí ha supuesto renunciar a un presente profesional muy gratificante en todos los sentidos, pero acepto esta situación con la ilusión y alegría que produce el poder ser útil a los demás. Y esto solo lo puedo explicar desde una perspectiva personal muy íntima. Cuando era adolescente leí a un filósofo y poeta indio, fue Premio Nobel de Literatura, Rabindranath Tagore. Un fragmento de sus textos me cautivó y dio sentido a mi vida. Dice así: "... Dormía y soñaba que la vida no era más que alegría. Me desperté y vi que la vida no era más que servir, serví y vi que el servir era alegría". Esta idea de servicio, insisto, ha dado el sentido a mi vida, por eso, los que me conocéis desde siempre sabéis que desde muy joven me impliqué en la actividad política y en las estructuras sociales de participación pública, pero siempre manteniendo la coherencia ideológica con unos principios, los del humanismo cristiano y que políticamente son los principios que propugna el PP como partido. No olvidemos que las ideas son las que dan el sentido a las acciones y éstas las tengo claras, por eso me he mantenido fiel a ellas, y han sido éstas las que me han proporcionado la seguridad para abrirme al diálogo y a la aceptación de las personas que opinan de forma distinta. Solo cuando se es débil ideológicamente aparecen la intransigencia y el sectarismo, términos que aborrezco.
Conozco las funciones y responsabilidades de un subdelegado de gobierno, asumo convencido los principios de jerarquía y lealtad institucional. Procuraré con todas mis fuerzas ejercer la necesaria cooperación interinstitucional en bien de la sociedad. Pero también quiero dejar claro lo siguiente: como representante del poder ejecutivo en la provincia y por encima de todo defenderé el estado de derecho en el ámbito de mis competencias. No olvidemos lo que decía Agustín de Hipona, que aparte de ser un gran santo fue un gran jurista: "Si se quita el derecho, el Estado se convierte en una gran caterva de bandidos". En idéntica medida, mi compromiso de gestión responderá a los principios de la ética política tal y como los manifestara Cicerón hace ya más de 2000 años: “Los que hayan de gobernar el Estado deben tener siempre presente estos dos preceptos: el primero, defender los intereses de los ciudadanos de forma que cuanto hagan lo ordenen a ellos, olvidándose del propio provecho; el segundo, velar sobre todo el cuerpo de la “Res pública”, no sea que, atendiendo a la protección de una parte, abandonen las otras”.
Todos los que me conocéis sabéis de mi interés por Almería y aunque nunca la conozca lo suficiente, al menos tengo claras sus oportunidades, debilidades y amenazas, así como una perspectiva empírica y documentada de la realidad de su sistema territorial. Pero necesito opiniones, consejos e iniciativas para generar alternativas de producción y empleo tan necesarias en estos tiempos de crisis. Pero también, para hacer llegar a la Delegada del Gobierno en Andalucía las demandas sociales de una tierra que fue irredenta e históricamente ignorada y que hoy, a pesar de la crisis que nos lacera, sigue con voluntad de motor de desarrollo pero necesitada de equipamientos e infraestructuras.
Solo me resta señalar que si he asumido este compromiso lo hago para trabajar con dedicación e intensidad, buscando la eficiencia en el servicio al bien común, no el aplauso fácil ni la congratulación halagüeña. Por eso siempre estaré abierto a la crítica y al diálogo. Como persona puedo errar y por eso necesitaré de la corrección leal y sincera que ya asumo desde este momento. No hay nada más peligroso para un gobernante que el aplauso de los incondicionales
Finalizo con un ruego, una petición y si es necesario con una exigencia a los que están conmigo en este proyecto de servicio a Almería, Andalucía y España. Vamos a trabajar bien, esforzándonos y con perseverancia, solo así aseguraremos el éxito en una gestión que ha de tener como objetivo el promover las condiciones necesarias para el ejercicio de un orden social justo, que permita el desarrollo integral e integrado de las personas y de la sociedad a la que servimos.
Muchas gracias.
“Esta idea de servicio, insisto, ha dado el sentido a mi vida, por eso, los que me conocéis desde siempre sabéis que desde muy joven me impliqué… en las estructuras sociales de participación pública, pero siempre manteniendo la coherencia ideológica con unos principios, los del humanismo cristiano… “
ResponderEliminarMe alegro que Andrés sea el nuevo Subdelegado del Gobierno en Almería, sensible con la Semana Santa pues parece que fue Hermano Mayor de Estudiantes cuando estudiaba Magisterio.
Loado sea el Santísimo...
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