José Luis Sánchez Teruel
Secretario General del PSOE de Almería
El presidente Griñán ofreció el miércoles una nueva lección de comportamiento democrático, que tanto echamos de menos en la derecha. A petición propia, y porque así se lo exigía su concepción de lo que debe ser un político que rinde cuentas, compareció ante el Parlamento de Andalucía para dar explicaciones de lo hecho durante la octava legislatura que ya termina. Cumplía también con su compromiso con los andaluces, anunciado el pasado mes de septiembre.
Quiero poner en valor esta comparecencia porque debería ser norma de conducta para cualquier cargo público: al comienzo del mandato, anunciar lo que va a hacer y, al finalizar, dar razones de lo hecho y de lo no hecho. Rajoy ha empezado mal, mintiendo en el debate de investidura al ocultar que nos iba a subir los impuestos en menos de una semana y si nos referimos a Javier (ahora le gusta a Arenas que le llamen así) ¿piensan que este que pide austeridad a los demás mientras ingresa al día 500 euros sería capaz de rendir cuentas de su trabajo como ha hecho Pepe Griñán?
Quiero poner en valor esta comparecencia porque debería ser norma de conducta para cualquier cargo público: al comienzo del mandato, anunciar lo que va a hacer y, al finalizar, dar razones de lo hecho y de lo no hecho. Rajoy ha empezado mal, mintiendo en el debate de investidura al ocultar que nos iba a subir los impuestos en menos de una semana y si nos referimos a Javier (ahora le gusta a Arenas que le llamen así) ¿piensan que este que pide austeridad a los demás mientras ingresa al día 500 euros sería capaz de rendir cuentas de su trabajo como ha hecho Pepe Griñán?
Desde la llegada del PP al Gobierno de España, se han dedicado a atacar en tromba a la economía de Andalucía, han empleado en ello todos sus medios y cargos públicos, incluida la mesa del propio Consejo de Ministros, que han utilizado para poner en duda la veracidad o la solvencia de nuestras cuentas, lanzando un mensaje de desconfianza que puede traer consigo que los mercados nos cobren a los andaluces mucho más caros los intereses cuando necesitemos pedirles dinero prestado. A los del PP eso les importa poco, porque esos intereses los pagan los andaluces. Lo que les importa es el poder de Andalucía y por el harán lo que haga falta.
No les habrán oído unas declaraciones parecidas sobre la Comunidad Valenciana a la que sí han tenido que avalar para evitar su bancarrota. Mejor harían Arenas, Crespo y Rajoy en fijarse en la economía de la Comunidad Valenciana, a la que ha habido que ayudar con dinero de todos los españoles, y explicarles a los españoles lo que ha hecho la gente del PP en Valencia con el dinero público para tener la situación de quiebra que tienen. La realidad es la que es, pero el PP nunca renunciará a usar la mentira repetida por sus medios y cargos públicos como alternativa a una realidad que no les conviene ni les gusta.
Andalucía tiene por delante una difícil recuperación de la actividad económica y el empleo, como los países de nuestro entorno. Necesita para eso un Gobierno responsable, que defienda los intereses generales frente a quienes los confunden con los privados, un Gobierno con iniciativa que sepa mantener la inversión donde es imprescindible y recortar la que no lo sea.
La buena administración de los dineros públicos en Andalucía ha hecho que durante los cuatro años anteriores a la crisis Andalucía cerrara sus cuentas con un superávit de 3.500 millones de euros, mientras que el resto de las Comunidades acumuló en ese periodo un déficit de 5.200 millones de euros. Por eso y por otras muchas cosas Valencia está como está y por más que le duela a Arenas, Andalucía es diferente.
En esta legislatura, el gobierno de Griñán ha creado el marco normativo adecuado para que los grandes sectores productivos sigan avanzando. De hecho, en estos momentos hay en Andalucía un mayor número de empresas que en 2008.
Los gobiernos socialistas de Andalucía siempre han sido tan reivindicativos como leales ante la administración central, porque el respeto a las reglas de la política no está reñido con la defensa de los intereses de las personas a las que representas y a las que tienes que rendir cuentas. Los gobiernos del PP, como no rinden cuentas, sólo han practicado hacia Andalucía el “cuanto peor mejor”, como fórmula para minar y tratar de conquistarla, eso no es juego limpio.
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