Los ciclos

Kayros

Periodista

Ayer la prensa almeriense se hizo eco de una noticia tremebunda. A saber: la provincia tiene en este momento una de las tasas de desempleo más altas de la Unión Europea hasta el punto de que la BBC la toma como prototipo televisivo para un gran reportaje. Yo ya he vivido varias Almerías. Conocí un poco la de las Cuevas de la Caridad, la Chanca y la Fuentecica. Eramos entonces la primera o segunda renta "per capita" más baja de España No estoy seguro si fue Soria la que nos aventajaba en miseria y hambre. Mucho paro, pues, mucho buscarse la vida allende de nuestras fronteras provinciales.

Vino el cine y por un tiempo nos hizo soñar en películas, nunca mejor dicho. En poco tiempo, por una serie de factores que no voy analizar aquí (ustedes me entienden) dimos un salto hasta colocarnos en un segundo puesto del ranking pero por arriba en la renta nacional. Fue el boom de los invernaderos, el turismo y, por encima de todo, la construcción, los sectores que hicieron subir la tasa de actividad a nivel de pleno empleo. Almería, motor del desarrollo andaluz, se convierte así en el objeto de deseo de miles y miles de desheredados buscavidas por tierra, mar y aire. Qué cambio, ¿eh, tíos?, los economistas llegaron a hablar hasta de milagro almeriense.

Sin embargo, allá por el año 2008 comienza la construcción a destruir empleo. Y no solo la construcción, algo se nota también en las industria, en los servicios y en la agricultura. Dice David Uclés que "Almería contribuyó de una forma que podríamos calificar de entusiasta al crecimiento de nuestras burbuja inmobiliaria".

Sube el paro galopante. Si yo fuera político y lo esperara todo de mi partido, a lo mejor le echaría la culpa al otro por no haberlo previsto a tiempo, por no ser tan listo como los economistas de mi ideología, que siempre tuvieron muy claras las soluciones, pero como voy por libre y no tengo que bailarle el agua a nadie, me da la real gana decir que la crisis en realidad no la vio nadie. Yo recuerdo que cuando ibas a empeñarte en un piso, alguien a tu lado que ejercía de Casandra te decía incluso con buena intención: "Lleva cuidado que esto tiene que reventar por algún sitio". Pues sí, señor, el reventón vino. La burbuja inmobiliaria es el ángel exterminador. Espero que no vuelvan el tracoma y las legañas.