Javier Aureliano García
Secretario General del Partido Popular
Convendrán conmigo que ante una situación de emergencia hay que responder con una actuación semejante. Pasa en cualquier circunstancia de la vida y ocurre también en la gestión pública. Sabíamos de la insostenible situación de la economía española, lo que no esperábamos es que el PSOE se despidiera del Gobierno mintiendo, una vez más, a los españoles, esta vez con el déficit de las cuentas públicas, que no es de un 6, sino de un 8 por ciento, dos puntos más de lo reconocido por los socialistas. Traducido en euros: Un ‘loro’ extra de 20.000 millones que Zapatero nos ha dejado a todos los ciudadanos.
Las primeras medidas del Gobierno de Mariano Rajoy han sido mantener el subsidio de desempleo, no tocar el dinero destinado a Educación y Sanidad pública, no subir el IVA, que es el impuesto que pagan todos los ciudadanos por igual, subir las pensiones y paralizar la subida de la electricidad que había previsto el gobierno socialista en un diez por ciento para este año. También se ha reducido el número de Ministerios y altos cargos en un 20 por ciento, de la misma forma que se han recortado las subvenciones a partidos políticos y sindicatos en la misma cuantía. Tal y como el PP se comprometió en su programa electoral.
Sin embargo, taponar la sangría de derroche de los días de vino y rosas socialistas ha requerido acometer sin la menor vacilación medidas extraordinarias que responden a una situación extraordinaria. Y el Partido Popular lo ha hecho de forma inmediata porque tenemos un Gobierno que mira de frente a la crisis y viene a solucionar los problemas, no a crearlos.
Por eso, hace falta valor, por no decir algo más grueso, para que desde el PSOE hablen de fraude democrático cuando ha sido el partido que ha llevado a cabo el mayor recorte de derechos sociales de la democracia y a España a alcanzar un récord histórico de parados, con más de cinco millones de desempleados, después de prometer el pleno empleo. Eso sí que es un fraude.
Como lo es intentar engañar a todos los españoles asegurando que con la subida del IRPF vamos a pagar todos por igual cuando es una subida por tramos y pagarán más los que más ingresos tengan. El sacrificio se reparte entre todos de forma que paguen más los que más tienen. Esta es la realidad.
Resulta hiriente que quienes han metido a España en el mayor agujero posible y la han llevado al desastre económico pretendan ahora dar ahora lecciones de cómo salir de la crisis y critiquen a quien tiene que gestionar la herencia envenenada que le han dejado. Desde luego, lo que sí pueden tener claro los españoles es el Gobierno de Rajoy no va a gastar lo que no tiene ni va a mentir, como han hecho los socialistas.
Desde el Partido Popular de Almería somos conscientes de que algunas de las decisiones adoptadas suponen un esfuerzo para todos, pero sabemos también que son necesarias si queremos que la economía española tenga financiación para poder generar empleo y que no sean lo más débiles los perjudicados. Son medidas excepcionales y temporales que responden a la necesidad de afrontar desde la seriedad y el rigor el primer problema de España, que es el paro, y de sanear las cuentas públicas, en bancarrota por el despilfarro socialista, para volver a la senda del crecimiento y la creación de empleo, que es lo que necesita nuestro país.
Las primeras medidas del Gobierno de Mariano Rajoy han sido mantener el subsidio de desempleo, no tocar el dinero destinado a Educación y Sanidad pública, no subir el IVA, que es el impuesto que pagan todos los ciudadanos por igual, subir las pensiones y paralizar la subida de la electricidad que había previsto el gobierno socialista en un diez por ciento para este año. También se ha reducido el número de Ministerios y altos cargos en un 20 por ciento, de la misma forma que se han recortado las subvenciones a partidos políticos y sindicatos en la misma cuantía. Tal y como el PP se comprometió en su programa electoral.
Sin embargo, taponar la sangría de derroche de los días de vino y rosas socialistas ha requerido acometer sin la menor vacilación medidas extraordinarias que responden a una situación extraordinaria. Y el Partido Popular lo ha hecho de forma inmediata porque tenemos un Gobierno que mira de frente a la crisis y viene a solucionar los problemas, no a crearlos.
Por eso, hace falta valor, por no decir algo más grueso, para que desde el PSOE hablen de fraude democrático cuando ha sido el partido que ha llevado a cabo el mayor recorte de derechos sociales de la democracia y a España a alcanzar un récord histórico de parados, con más de cinco millones de desempleados, después de prometer el pleno empleo. Eso sí que es un fraude.
Como lo es intentar engañar a todos los españoles asegurando que con la subida del IRPF vamos a pagar todos por igual cuando es una subida por tramos y pagarán más los que más ingresos tengan. El sacrificio se reparte entre todos de forma que paguen más los que más tienen. Esta es la realidad.
Resulta hiriente que quienes han metido a España en el mayor agujero posible y la han llevado al desastre económico pretendan ahora dar ahora lecciones de cómo salir de la crisis y critiquen a quien tiene que gestionar la herencia envenenada que le han dejado. Desde luego, lo que sí pueden tener claro los españoles es el Gobierno de Rajoy no va a gastar lo que no tiene ni va a mentir, como han hecho los socialistas.
Desde el Partido Popular de Almería somos conscientes de que algunas de las decisiones adoptadas suponen un esfuerzo para todos, pero sabemos también que son necesarias si queremos que la economía española tenga financiación para poder generar empleo y que no sean lo más débiles los perjudicados. Son medidas excepcionales y temporales que responden a la necesidad de afrontar desde la seriedad y el rigor el primer problema de España, que es el paro, y de sanear las cuentas públicas, en bancarrota por el despilfarro socialista, para volver a la senda del crecimiento y la creación de empleo, que es lo que necesita nuestro país.
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