Emilio Ruiz
Felipe González sigue siendo, con diferencia, el político con mayor predicamento dentro de la militancia socialista. Eso lo sabe él y eso lo saben todos los responsables orgánicos del partido. Esa situación de liderazgo moral, de guía espiritual de los militantes, le ha obligado a dosificar y clasificar sus opiniones, sobre todo cuando éstas versan sobre cuestiones del ámbito interno del partido o sobre decisiones de cargos públicos socialistas. Recurrir a Felipe se ha convertido en un recurso en casos de necesidad. Pero nadie acude a él si no lo necesita, y tampoco a nadie presta él su apoyo si es que no lo ve verdaderamente necesitado.
Casi todo el mundo creía que el partido que enfrenta a Rubalcaba y a Chacón era uno de esos partidos que en el argot futbolístico se denominan “de guante blanco”. Un Madrid-Granada. El mismo Rubalcaba así lo veía. De ahí que, a la hora de buscar adhesiones, fundara su petición en un simple apoyo “para el mejor”, consciente de que el mejor no era otro que él mismo.
Siempre he pensado que el candidato estaba midiendo mal sus fuerzas. O no hacía números o los hacía equivocados. Chacón se ha asegurado Cataluña y casi tiene asegurada Andalucía. Eso supone 335 delegados de un total de 956. Es cuestión de arañar otro centenar y medio de votos del resto de federaciones para llevarse el gato al agua. Parece que, ahora, Rubalcaba se ha dado cuenta. Por eso ha echado mano del primo de Zumosol. Lo sorprendente es que Felipe, sabiendo que ese tipo de decisiones deterioran algo su liderazgo, se haya prestado a otorgar su apoyo a quien, en opinión de muchos socialistas, abandera bien el pasado pero no tanto el futuro. Mal debe ver el expresidente a la candidata Chacón para prestarse a esos menesteres.
Yo hubiera recurrido a Alfonso Guerra, "Largo Caballero", Ciriaco de Vicente, Pablo Castellanos, etc......
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