Thatcher no era maricomplejines. ¿Y Arenas?

Manuel Recio
Consejero de Empleo

La historia se puede rebobinar pero no se puede cambiar. Se lo dice a Thatcher su marido en la película que se acaba de estrenar. Es excelente, sin duda, la recomiendo. Creo que tiene varias lecturas. Para aquellos que son militantes, simpatizantes o votantes del PP porque para ellos debe ser toda una referencia de pensamiento liberal, dado que el año pasado Thatcher fue condecorada por José María Aznar con el II Premio FAES a la Libertad.

Hay algo que me gusta de ella: no tiene complejo de ser de derechas. Dice y hace lo que verdaderamente piensa, sin importarle que los demás puedan no verlo bien. Este comportamiento lo comparte con José María Aznar, con Esperanza Aguirre, con María Dolores de Cospedal y con muchos otros. Rajoy y Arenas no van por el mismo camino. Ellos hacen un cálculo de lo que sus verdaderos pensamientos les puede costar electoralmente y proponen lo que no sienten. ¿Por qué no dicen lo que piensan verdaderamente sobre el estado de bienestar; sobre quién debe pagar los impuestos; sobre los colegios, universidades y hospitales públicos; qué piensan de los sindicatos; qué opinan realmente del aborto, de la homosexualidad; qué piensan de Andalucía y de los andaluces (aunque lo sabemos porque los dirigentes sin complejos del PP ya no lo han hecho saber)?

También viene bien que vean la película los progresistas de este país. Fueron años durísimos que finalmente acabaron con un estado de bienestar que era ejemplar en Europa y que nunca más se volverá a recuperar. Antes de la llegada de Thacther, los ciudadanos europeos soñaban con poder ser tratados en sus hospitales o que sus hijos estudiaran en sus colegios públicos. Hoy vemos como muchos británicos han venido a Andalucía atraídos por esas mismas razones y nuestra calidad de vida.

No se nos debe olvidar. Porque los discursos de Rajoy y de Arenas son vacíos y calculados. Pero los que dentro de su partido no tienen el complejo de ser de derechas nos muestran su verdadera cara. La historia se puede rebobinar pero no se puede cambiar. Y la historia del PP en Andalucía es la de Javier Arenas.