Juan Antonio Segura Vizcaíno
Exdiputado socialista en el Parlamento de Andalucía
Ha llegado el momento de que el Parlamento Europeo se pronuncie sobre un nuevo acuerdo agrícola con el Reino de Marruecos, con el que renovaríamos el acuerdo actual y fijaríamos unas nuevas reglas para el comercio de los productos hortofrutícolas alauitas en el mercado comunitario. Este acuerdo, a priori, puede parecer un simple contrato comercial entre dos partes interesadas en hacer negocio, pero es mucho más que eso, por la repercusión del mismo en los productores hortofrutícolas comunitarios cuyos productos y temporadas de cosecha coinciden con Marruecos, como es el caso de los agricultores almerienses. El nuevo acuerdo con Marruecos conlleva también la ratificación de un estatus quo comercial de la UE con este, sin tener en cuenta si las condiciones de venta en Europa de las producciones alauitas se están respetando.
Las organizaciones agrarias vienen denunciando que Marruecos está ingresando sin aranceles en Europa producciones fuera de las cantidades que establecen los cupos del actual acuerdo con la UE. Por si esto fuera poco, nuestro vecino extracomunitario está autorizado a vender en el mercado de la UE frutas y hortalizas a las que no se les exigen las mismas condiciones sanitarias que a las que producimos en Europa y ni siquiera son sometidas a los mismos controles que nuestras producciones. En el nuevo acuerdo agrícola que ahora se está planteando Marruecos ampliaría las cantidades que vende cada temporada en el mercado comunitario sin aranceles.
De nada sirve plantearse la firma de ningún nuevo tratado mientras, fuera de cualquier control, siguen entrando toneladas de productos, con el consiguiente hundimiento de los precios de la horticultura almeriense y reducción del empleo, pero no sólo eso: con la consiguiente pérdida de garantía sobre la salubridad de los productos que se consumen en toda Europa.
Ante estas evidencias, son en vano declaraciones tibias como las que está realizando el Gobierno de España, que ha de ponerse firme y hacerse oír en Europa ante la votación del nuevo acuerdo agrícola con Marruecos en el Parlamento Europeo. Los europarlamentarios españoles, unidos, tienen que trabajar para conseguir el apoyo de sus colegas en las Cámaras comunitarias para que el nuevo acuerdo agrícola con Marruecos no salga adelante y, además, para exigir que se respeten las condiciones fijadas en el acuerdo actual por parte del Reino alauita. Si somos inteligentes nos presentaremos ante Europa unidos para defender los intereses comunes de España, de nuestra economía, de nuestro mercado laboral y de nuestros sectores productivos más pujantes y con más capacidad para competir en el mercado internacional.
Las organizaciones agrarias vienen denunciando que Marruecos está ingresando sin aranceles en Europa producciones fuera de las cantidades que establecen los cupos del actual acuerdo con la UE. Por si esto fuera poco, nuestro vecino extracomunitario está autorizado a vender en el mercado de la UE frutas y hortalizas a las que no se les exigen las mismas condiciones sanitarias que a las que producimos en Europa y ni siquiera son sometidas a los mismos controles que nuestras producciones. En el nuevo acuerdo agrícola que ahora se está planteando Marruecos ampliaría las cantidades que vende cada temporada en el mercado comunitario sin aranceles.
De nada sirve plantearse la firma de ningún nuevo tratado mientras, fuera de cualquier control, siguen entrando toneladas de productos, con el consiguiente hundimiento de los precios de la horticultura almeriense y reducción del empleo, pero no sólo eso: con la consiguiente pérdida de garantía sobre la salubridad de los productos que se consumen en toda Europa.
Ante estas evidencias, son en vano declaraciones tibias como las que está realizando el Gobierno de España, que ha de ponerse firme y hacerse oír en Europa ante la votación del nuevo acuerdo agrícola con Marruecos en el Parlamento Europeo. Los europarlamentarios españoles, unidos, tienen que trabajar para conseguir el apoyo de sus colegas en las Cámaras comunitarias para que el nuevo acuerdo agrícola con Marruecos no salga adelante y, además, para exigir que se respeten las condiciones fijadas en el acuerdo actual por parte del Reino alauita. Si somos inteligentes nos presentaremos ante Europa unidos para defender los intereses comunes de España, de nuestra economía, de nuestro mercado laboral y de nuestros sectores productivos más pujantes y con más capacidad para competir en el mercado internacional.
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