Celso Ortiz
Profesor de la UAL
Había bastante expectación en la familia socialista de Almería por saber cómo terminaría la cosa en la reunión del Comité Provincial en Tabernas para la elección de candidatos a las elecciones al Parlamento Andaluz. Lo curioso es que la cuestión principal no consistía en saber quienes serían los elegidos para representar a los socialistas almerienses en Andalucía, sino que, lo que verdaderamente despertaba interés, era si la nueva dirección sería capaz de aprobar una lista donde no apareciera ninguno de esos nombres enquistados en el partido de los que, como si hubieran echado raíces profundas, parecía imposible desprenderse.
Y, a decir verdad, la opinión generalizada era más bien pesimista. De sobra conoce la militancia socialista la experiencia acumulada de algunos compañeros haciendo política de pasillo para salir a flote a última hora. Ellos, por su parte, acostumbrados a buscarse las habichuelas intercambiando intereses con alguna jerarquía del partido, pensaban que votar a Rubalcaba, bien se merecía una recompensa y mostraban su voto como si fuera un billete de lotería premiado que se tuvieran que cobrar en una ventanilla de la Calle Ferraz. Pero afortunadamente los manejos que hayan podido realizar en las alturas, por esta vez, no han dado sus frutos y, a mi modesto parecer, el PSOE provincial se ha quitado una losa de encima no incluyendo a ningún prócer de la etapa de Martín Soler en la candidatura. Bendito sea.
Así que, el triunfo cosechado por el nuevo secretario general, Sánchez Teruel, el pasado viernes, donde consiguió más del 76% de votos favorables, sin necesidad de negociar con ningún mercachifle de la vieja guardia, consagra definitivamente su liderazgo.
Yo diría que, a partir de ahora, es cuando la nueva dirección del PSOE en la provincia se puede considerar que está afianzada y tiene el camino abonado para ganar el próximo congreso provincial. Se respiran aires nuevos y es el momento de recuperar a una militancia de base sana y generosa denostada por los modos y maneras que han predominado en el comportamiento de los que han llevado las riendas en los últimos quince años, y cuyo único objetivo era mantenerse en el poder cortando cabezas, si ello fuera preciso. El tiempo lo dirá.
Lo inmediato, por otra parte, son unas elecciones andaluzas a la vuelta de la esquina con el viento soplando en contra para el Partido Socialista, en una comunidad donde la derecha no levanta pasiones. Por eso la primera tarea de la nueva directiva es darle la vuelta a las encuestas, ganándose aquellos votos de izquierda que se hallan desperdigados en el vacío que provoca el desencanto.
Y, a decir verdad, la opinión generalizada era más bien pesimista. De sobra conoce la militancia socialista la experiencia acumulada de algunos compañeros haciendo política de pasillo para salir a flote a última hora. Ellos, por su parte, acostumbrados a buscarse las habichuelas intercambiando intereses con alguna jerarquía del partido, pensaban que votar a Rubalcaba, bien se merecía una recompensa y mostraban su voto como si fuera un billete de lotería premiado que se tuvieran que cobrar en una ventanilla de la Calle Ferraz. Pero afortunadamente los manejos que hayan podido realizar en las alturas, por esta vez, no han dado sus frutos y, a mi modesto parecer, el PSOE provincial se ha quitado una losa de encima no incluyendo a ningún prócer de la etapa de Martín Soler en la candidatura. Bendito sea.
Así que, el triunfo cosechado por el nuevo secretario general, Sánchez Teruel, el pasado viernes, donde consiguió más del 76% de votos favorables, sin necesidad de negociar con ningún mercachifle de la vieja guardia, consagra definitivamente su liderazgo.
Yo diría que, a partir de ahora, es cuando la nueva dirección del PSOE en la provincia se puede considerar que está afianzada y tiene el camino abonado para ganar el próximo congreso provincial. Se respiran aires nuevos y es el momento de recuperar a una militancia de base sana y generosa denostada por los modos y maneras que han predominado en el comportamiento de los que han llevado las riendas en los últimos quince años, y cuyo único objetivo era mantenerse en el poder cortando cabezas, si ello fuera preciso. El tiempo lo dirá.
Lo inmediato, por otra parte, son unas elecciones andaluzas a la vuelta de la esquina con el viento soplando en contra para el Partido Socialista, en una comunidad donde la derecha no levanta pasiones. Por eso la primera tarea de la nueva directiva es darle la vuelta a las encuestas, ganándose aquellos votos de izquierda que se hallan desperdigados en el vacío que provoca el desencanto.
otro enchufao dando clase en la uned. menudo socialista obrero, todo el dia murmurando y chismorreando en almeria.
ResponderEliminar¿aires nuevos dice?
ResponderEliminarLlevo viendo a los mismos socialistas desde hace treinta años, aparecen, desaparecen, se llaman guerristas, renovadores, griñanistas, rubalcabistas...más de lo mismo.