Kayros
Periodista
El poder político es como un gas cada vez más expansivo. Según el principio de Peter, cuando un ejecutivo llega al límite de su inutilidad, sube como un globo creando otro cargo supletorio que será ocupado por otro de su misma cuerda. Después de haberlo rechazado antes, el PP no tuvo problemas en que sus alcaldes fueran senadores y diputados, todo sea para mayor gloria del partido, el gran becerro de oro en estos tiempos de desempleo.
En este plan vemos cómo nuestro alcalde acapara puestos en Madrid bajo el principio, bastante discutible, de que allí podrá servir más a Almería aunque tenga que estar en mil sitios a la vez, como en la maldición del gitano. El primero que ha sospechado en público de este flagrante acaparamiento de cargos es el portavoz de IU, Rafal Esteban, quien adivina próximo el relevo de Rodríguez Comendador por multiplicidad de tareas aúlicas.
¿Qué debemos pensar de este tragín administrativo que deja al consistorio cada día peor administrado? ¿Cómo habrá que entender esa pamema que sale a relucir en todas las campañas electorales de que lo primero somos nosotros, que por nosotros se sacrifican hasta la extenuación, que por nosotros no comen ni duermen?
También Amat, presidente de la diputación, uno de los políticos almerienses que ha amasado un buen patrimonio al calorcillo del PP, afirma que tiene tiempo para todo; puede multiplicarse por tres visitando la provincia y sin restarle tiempo a Roquetas... Caray, no sabía que teníamos aquí otro Superman, si bien quien vuela por encima de los rascacielos es el propio Arenas.
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