Dos perdedores: Griñán y Sánchez Teruel

Juan José Matarí

Diputado del PP por Almería

Si hacemos balance de lo ocurrido en Sevilla este fin de semana podremos ver que José Antonio Griñán ha salido del congreso del PSOE mucho peor de como entró. Y es que los socialistas han cerrado su pantomima congresual con varias víctimas: la más notoria quizás haya sido Carmen Chacón, ninguneada y traicionada por sus propios compañeros hasta límites insospechados. Pero el más gravemente afectado por el desarrollo de los acontecimientos internos de su partido ha sido, sin duda, el todavía presidente de la Junta, José Antonio Griñán, que ha sido sometido tras el congreso a la humillación de recibir un cargo ficticio por parte de los vencedores, a pesar de que todo el mundo era consciente de su activo papel de muñidor de un fallido golpe contra la candidatura finalmente vencedora, demostrando así que lo de su presunta “neutralidad activa” no era más que una de sus mentiras. Otra más.

Tras el congreso, Griñán afronta la cita electoral del próximo mes de marzo con un nuevo frente abierto. A las escandalosas revelaciones de las corrupciones financieras en su entorno y al lacerante e imparable crecimiento del desempleo entre los andaluces, se le une ahora el venenoso caldo de cultivo de un partido no ya dividido, sino abiertamente enfrentado en facciones y con un indisimulable deseo de ajuste de cuentas agrupación por agrupación y provincia por provincia. Y si esa situación es preocupante en cualquier parte, en Almería la guerra interna del PSOE tiene para Griñán pronósticos claramente pesimistas, habida cuenta de la insignificancia e inconsistencia de sus representantes.

Alguien tan manifiestamente pusilánime como el señor Sánchez Teruel, que no está capacitado ni para dirigir con diligencia una rondalla, no parece que sea el hombre capaz de soportar con entereza los fuertes vientos que van a soplar en el convulso PSOE almeriense durante las próximas semanas, con las agrupaciones enfrentadas entre sí y con camarillas de todo signo urdiendo el descabalgamiento de los actuales líderes.

En ese escenario de pelea interna, al señor Sánchez Teruel le ha dado por volver a evidenciar su gusto por el desacierto y el disparate. En primer lugar, apostando con entusiasmo por la facción perdedora del congreso. Y en segundo, por volver a intentar a hacer méritos con los suyos escribiendo insidias contra Javier Arenas. De lo primero no tengo nada que decir: que el señor Sánchez Teruel tiene pocas luces para ver el futuro es algo tan claro como irremediable, qué le vamos a hacer. Pero de lo segundo sí que le puedo recordar algo. Le puedo recordar al desacertado señor Sánchez Teruel que las declaraciones de Hacienda de Javier Arenas son públicas y están publicadas en las páginas web del Parlamento, del Senado y del PP. Y si se hubiera tomado la molestia de trabajar un poco, podría haber comprobado fácilmente que los ingresos de Javier Arenas, que es el senador que menos cobra, disminuyeron el pasado año en 40.000 euros.

Por todo ello le tengo que volver a decir al señor Sánchez Teruel que no tiene ni la altura política, ni intelectual, ni personal necesaria como para intentar dar lecciones de ética a nadie. Y mucho menos a Javier Arenas.

Sánchez Teruel tendría que nacer unas cuantas veces para poder atreverse a sospechar que ha acumulado los méritos y la gestión necesarias como para mirar de igual a igual a Javier Arenas y criticarle de ese modo. Ya puestos, si tanto interés tiene el señor Sánchez Teruel por los números y las cuentas, bien podría pedirle al señor Griñán que nos explique a los andaluces en qué “gastos de representación” emplea la nada despreciable asignación de 1.400.000 euros.

Todos los almerienses saben lo que Javier Arenas ha hecho y hace por Almería, Andalucía y España. Todos los almerienses le han podido ver en su barrio, en su pueblo, en su calle, interesándose por los problemas y ofreciendo soluciones. Todos le han visto en el Parlamento dando voz a millones de andaluces deseosos de cambiar las cosas. Todos, además, saben que él fue el ministro del diálogo con los sindicatos y quien creó las condiciones que permitieron generar cinco millones de puestos de trabajo para todos los españoles. Eso es lo que los almerienses saben de Javier Arenas. Por el contrario, del señor Sánchez Teruel los almerienses ni saben nada ni tampoco quieren saber. Ni ha interesado, ni tampoco interesa. Y lo más penoso es que los primeros que no quieren saber nada de él son sus propios compañeros de partido.

En política no puede valer todo. Y mucho menos las falsedades, las insidias y las acusaciones sin fundamento. Por todo ello, los servicios jurídicos del Partido Popular van a presentar una querella contra el señor Sánchez Teruel. Veremos si a la hora de declarar ante un tribunal tiene el mismo desparpajo que a la hora de escribir.