Francisco Vargas Viñolo
Presidente de Asaja Almería
Los ojos de los agricultores almerienses, andaluces y españoles ayer lo decían todo. La imagen que reflejaban eran sinónimos de desaliento, incertidumbre y aprensión. No ha sido posible, los esfuerzos realizados no han dado el fruto esperado: el Parlamento Europeo ha votado a favor de la renovación del acuerdo bilateral con Marruecos. Los horticultores españoles no han sido tomados en cuenta. Hoy se inicia el fin de la Europa burguesa y se inicia el principio de la Europa del capitalismo radical.
Sí, la agricultura de frutas y hortalizas en Almería, Andalucía y resto de España, está basada en la economía familiar (burguesa) y esa es la clave del éxito tenido hasta ahora. Con este nuevo tratado que de facto significa plena liberalización de todas las exportaciones de frutas y hortalizas procedentes del norte del continente vecino, África, se abre la puerta a la especulación de los grandes capitales europeos y magrebies, que gozarán de grandes subvenciones veladas por la aparición de la llamada Primavera Árabe.
Con un resultado aplastante de 398 votos a favor el acuerdo ha sido aprobado. Ya quedan atrás los días de debate, de peticiones, de informes, de reuniones… ya sólo nos queda la exigencia. Sí, los agricultores debemos seguir exigiendo porque tal y como dijo Napoleón Bonaparte “el triunfo no está en vencer siempre, sino en no derrumbarse”.
Junto a las exigencias de seguridad alimentaria, de reciprocidad social, ambiental y fitosanitaria, de control en fronteras, etc., debemos unirnos para tomar decisiones y hacernos más fuertes para poder competir. La fortaleza de nuestra agricultura es la base familiar y este hecho ha supuesto que sin grandes innovaciones seamos altamente competitivos. Ahora las tornas han cambiado, hay otros que producen lo mismo con menos gastos, hacen competencia desleal, y donde la realidad diaria nos dice que están altamente protegidos por los grandes de Europa.
Las familias almerienses, andaluzas y españolas productoras de frutas y hortalizas no podemos derrumbarnos, tenemos que plantar cara y librar esta ardua batalla, que a pesar de ser desigual, no por ello está perdida. Tenemos que innovar para ganar en calidad y obtener mayor producción ya que no podemos competir en precio. Tenemos que bajar los costes de producción y para ello habrá que reconsiderar el llamado “modelo Almería” tanto en organización como en dimensión de la estructura agraria familiar. Tendremos que plantearnos la necesidad de cambios sustantivos en la comercialización y la participación efectiva de las familias en todos los procesos de la cadena agroalimentaria y en especial en aquellos que se quedan una mayor parte del pastel.
Tendremos que trabajar en la elaboración de contratos-tipo para garantizar la relación con las plataformas de Distribución, y promover acciones que definan la preferencia del consumidor por los productos autóctonos frente a otros. La Administración autonómica y central tendrán que legislar para que lo que necesitamos los productores de frutas y hortalizas esté a nuestro alcance. Tenemos mucho por hacer,
¡Vamos! El acuerdo bilateral con Marruecos ha sido aprobado, los agricultores, las familias, debemos mantener el ánimo en alto y ¡no podemos derrumbarnos!
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