Rafael M. Martos
Director de Noticias de Almería
Dice el secretario general del PSOE de Almería, José Luis Sánchez Teruel, que algunos de los delegados almerienses en el 38º Congreso Federal estaban "en otras cosas", y cuando los compañeros periodistas le presionan para que diga quienes y en qué, diplomáticamente le da la vuelta a la pregunta y contesta a lo que se estaba allí, que no era otra cosa -dice él- que elegir al secretario general. Sus palabras han sido muy comentadas porque todos hemos sido capaces de poner nombre y apellidos a quienes estuvieron allí a otras cosas, y a qué cosas estuvieron.
Algunos tienen muchas prisas en moverle la silla a ST aprovechando cualquier excusa o circunstancia. Y hay que reconocer que estas cosas en los partidos políticos son de lo más normal, sobre todo cuando, como en el actual PSOE, se produce un desmoronamiento en el que se une la pérdida de poder en las administraciones (desde la que se compran y alquilan voluntades) y una falta real de liderazgo. Es por eso que no extraña que quienes fueron apartados de la dirección del PSOE de Almería en aquel golpe de efecto que acabó en congreso extraordinario tras la derrota en las pasadas elecciones municipales de 2011 estén desde entonces moviendo hilos para regresar. Lo que ocurre es que tienen una oportunidad de oro en el próximo congreso provincial, en el que ST podría o no volver a presentarse a la reelección, y en cualquiera de los dos casos, puede ser presentada una candidatura alternativa. A a ver qué pasa.
El problema, por tanto, no es ese. El problema se llama nómina. El problema es que es la actual dirección del PSOE provincial y la actual Ejecutiva andaluza quienes deberán dar luz verde a la candidatura para el Parlamento de Andalucía, y con el miedo en el cuerpo por la más que posible pérdida del Gobierno de Andalucía tras el de España, y con una Diputación también perdida, pues a ver qué van a hacer algunos. La lista al Parlamento de Andalucía se ha convertido en la tabla de salvación salarial para muchos socialistas, y, con la previsión de que sólo cuatro o cinco lograrán escaño, los codazos son brutales.
Es curioso como algunos de los que estaban-allí-a-otras-cosas reclamen, vía filtración periodística, un sitio, pero no en la dirección del partido, no, en la lista al Parlamento de Andalucía. Y es curioso porque se basan en que ellos estaban con Rubalcaba y Rubalcaba ha ganado, olvidando que el único -o casi- que estaba en Almería con Chacón era ST, y que su Ejecutiva era mayoritariamente -pero no exclusivamente- rubalcabista. Más sorprendente aún es que mantengan esa tesis cuando a ST lo han metido en el Comité Federal tras echar del mismo a Martín Soler, quien quizá no estaba en-lo-que-tenía-que-estar y estaba en-otras-cosas.
Mirar quienes están enfrentados a la actual Ejecutiva nos da una idea de las prisas por esa integración que -insisto- no es tanto en ese órgano como en la candidatura al Parlamento. Frente a ST está el parlamentario Soler, el parlamentario Segura Vizcaíno y el parlamentario García Quero, ninguno de los cuales tiene muchas posibilidades de repetir y habrá que ver qué hacen -sobre todo alguno- a partir del 26 de marzo si el "campeón" realmente se convierte en "campeón". Tampoco ha de olvidarse otro hecho, y es que lo tres anteriores tienen cargos electos, no designados, y por tanto, digan lo que digan y piensen lo que piensen, la dirección del PSOE no puede tomar medidas contra ellos, en tanto que otros, cuyo puesto es por designación, sí corren riesgo de ser nombrados y destituidos (véase el caso de Soler, a caballo entre ambas situaciones) según hablen o callen.
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