La chistera del PP

Juan A. Segura Vizcaíno
Secretario General del PSOE de Viator
 
La chistera del PP no es lo que parecía. El lugar en el que el presidente del Gobierno iba a meter la crisis económica para sacar un bonito conejo blanco cargado de puestos de trabajo para todos, no era más que una trituradora en la que el PP está metiendo la dignidad de los trabajadores, los pensionistas y los parados.

La gran estafa del Partido Popular ha quedado al descubierto. Las promesas de trabajo para todos sin pérdida de derechos se han convertido en una soga que ahogará a las clases medias y trabajadoras, sin que ello suponga la tan ansiada creación de empleo.

Aunque en la campaña lo negó por activa y por pasiva, de la chistera de Rajoy ha salido, en poco más de un mes, la mayor subida de impuestos que ha sufrido nuestro país en años. Han subido el IRPF, en todos sus tramos, y el IBI.

Además, el Gobierno ha congelado el Salario Mínimo Interprofesional, algo que no había sucedido ni en los años más duros de la crisis.

El Gobierno ha paralizado la aplicación de la Ley de Dependencia, dejando a más de 300.000 ciudadanos, en situación de especial debilidad, sin la atención a la que tienen derecho por Ley.

Los recortes no sólo se han cebado sobre los dependientes y los trabajadores, sino también sobre los jóvenes y los pensionistas. A los segundos les han subido un 1% las pensiones, sin decirles que les quitarán más de ese 1% a través de los impuestos. A los primeros les ha quitado la Renta Básica de Emancipación -la ayuda al alquiler- y, a los que se estaban preparando oposiciones, les ha quitado toda la esperanza, al anunciar que no se cubrirán las plazas de los funcionarios que se jubilen. Además, los que estaban estudiando para opositar a profesor tendrán que estudiar nuevos temarios, lo que en la práctica supone tirar a la basura meses de estudio y el dinero gastado.

Los funcionarios que no se jubilen tendrán más carga de trabajo, al disminuir el número de empleados públicos, a lo que tendrán que sumar la ampliación del número de horas de trabajo que les ha impuesto el nuevo Gobierno, manteniéndoles el sueldo congelado. De la reforma laboral hablaremos otro día.

Hasta aquí los primeros 'recetazos' de Rajoy, a los que habrá que sumar los que ya sabemos que están por llegar. Me refiero a la liquidación de 450 empresas públicas antes de fin de año, al cambio de la ley del aborto para volver a la ley de supuestos de 1985, a la implantación de la cadena perpetua bajo el eufemismo de 'pena de prisión permanente revisable', a la imposición de tasas judiciales, al rescate del Plan Hidrológico Nacional o a la reforma de la Ley de Costas, para llevar el ladrillo a la playa. ¿Y la creación de empleo? Nada por aquí, nada por allá.

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