José luis Sánchez Teruel
Secretario General del PSOE de Almería
El Partido Popular debe de andar nervioso y manejar encuestas que ya no les son del todo favorables, tal y como demuestra el último Barómetro del CIS, para que entre sus filas cunda el miedo a que Javier Arenas vuelva a perder – y estoy seguro de que será así- unas elecciones en Andalucía. Y deben de andar temerosos porque ya han desempolvado la estrategia, a falta de otros argumentos, de querellarse contra quienes le critican.
Así ha sido siempre. La derecha judicializa la política cuando no le gusta la crítica. Y lo hace así para callar bocas, para amedrentar y retorcer el derecho a la libertad de expresión que tenemos todos los españoles. ¿O es que pretenden que en esto también retrocedamos treinta años, como en el resto de decisiones que está tomando el Gobierno de Rajoy? ¿O van a ir más allá para recuperar de nuevo la Ley de Prensa con la que tanta gloria alcanzó el Caudillo?
En cualquier caso, la vuelta al pasado ya es incuestionable. Veamos, el PP acaba de hacer una reforma laboral por decreto y sin sentarse con las organizaciones sindicales, se ha cargado La Ley de Dependencia, quiere cambiar la Ley del aborto, recorta en servicios sanitarios y en educación en las Comunidades Autónomas dónde gobierna; y en una delirante estrategia deroga los temarios de las oposiciones docentes que se aprobaron hace un par de meses para restablecer los de ¡¡hace 20 años!! abandonando a su suerte a las miles de personas que se estaban preparando las pruebas.
Y esto es sólo el principio de lo que Mariano Rajoy tiene en la cabeza y que quiere evitar a toda costa que descubramos antes de las elecciones autonómicas. Llegados a este punto, conviene recordar la “sintonía” que demostró Mariano Rajoy con la derecha portuguesa, que piensa que les permitirá salir de la crisis abaratar el despido, recortar el sueldo a los funcionarios, subir el IVA de la luz y el agua, introducir el copago sanitario y aumentar la jornada laboral. Me temo que eso es lo que nos prepara el Gobierno del Partido Popular a partir del 25 de marzo.
El ausente Rajoy, por lo tanto, pone por encima del bien de los españoles el bien particular de su compañero Arenas, puesto que ya ha quedado claro que el único plan que los populares han diseñado desde la calle Génova no es arbitrar medidas para crear empleo, para que los españoles consigan trabajo o para aliviar la insoportable carga de esta crisis. No, el único plan es llegar al poder.
Y entre tanto, Javier Arenas aspira a la presidencia de la Junta sin ser tampoco claro y transparente sobre sus ingresos. Sin dar ejemplo. ¿Quién difama aquí? Esto es, sencillamente, una burla a los ciudadanos y un mal ejemplo que perjudica gravemente a las personas que de forma íntegra y honesta nos dedicamos a la política.
A través de la página web del Parlamento los ciudadanos pueden consultar las declaraciones de actividades, bienes e intereses de los diputados, pero, en cambio, las declaraciones de IRPF no son públicas y la Cámara se limita a ser la institución depositaria de las mismas.
Lo que ha presentado el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, en su web y lo que dice Arenas que es público a través de la web del Parlamento son cosas distintas, ya que en esta última no se incluye la publicación de las declaraciones del IRPF.
Y lo dijo hace unos días la presidenta del parlamento andaluz. Fuensanta Coves aseguró que no tendría ningún problema en hacer pública la declaración de la renta de Arenas si éste se lo autoriza. Arenas, en lugar de aceptar la sugerencia, calla y se va al juzgado.
Bueno, pues eso es lo que hemos puesto de relieve y Arenas tiene muy fácil rebatir esto si accede a hacer pública su declaración de la renta. Que sea claro con los andaluces y con los almerienses. Y se lo seguiremos pidiendo, no tenga la menor duda, Señor Arenas.
Así ha sido siempre. La derecha judicializa la política cuando no le gusta la crítica. Y lo hace así para callar bocas, para amedrentar y retorcer el derecho a la libertad de expresión que tenemos todos los españoles. ¿O es que pretenden que en esto también retrocedamos treinta años, como en el resto de decisiones que está tomando el Gobierno de Rajoy? ¿O van a ir más allá para recuperar de nuevo la Ley de Prensa con la que tanta gloria alcanzó el Caudillo?
En cualquier caso, la vuelta al pasado ya es incuestionable. Veamos, el PP acaba de hacer una reforma laboral por decreto y sin sentarse con las organizaciones sindicales, se ha cargado La Ley de Dependencia, quiere cambiar la Ley del aborto, recorta en servicios sanitarios y en educación en las Comunidades Autónomas dónde gobierna; y en una delirante estrategia deroga los temarios de las oposiciones docentes que se aprobaron hace un par de meses para restablecer los de ¡¡hace 20 años!! abandonando a su suerte a las miles de personas que se estaban preparando las pruebas.
Y esto es sólo el principio de lo que Mariano Rajoy tiene en la cabeza y que quiere evitar a toda costa que descubramos antes de las elecciones autonómicas. Llegados a este punto, conviene recordar la “sintonía” que demostró Mariano Rajoy con la derecha portuguesa, que piensa que les permitirá salir de la crisis abaratar el despido, recortar el sueldo a los funcionarios, subir el IVA de la luz y el agua, introducir el copago sanitario y aumentar la jornada laboral. Me temo que eso es lo que nos prepara el Gobierno del Partido Popular a partir del 25 de marzo.
El ausente Rajoy, por lo tanto, pone por encima del bien de los españoles el bien particular de su compañero Arenas, puesto que ya ha quedado claro que el único plan que los populares han diseñado desde la calle Génova no es arbitrar medidas para crear empleo, para que los españoles consigan trabajo o para aliviar la insoportable carga de esta crisis. No, el único plan es llegar al poder.
Y entre tanto, Javier Arenas aspira a la presidencia de la Junta sin ser tampoco claro y transparente sobre sus ingresos. Sin dar ejemplo. ¿Quién difama aquí? Esto es, sencillamente, una burla a los ciudadanos y un mal ejemplo que perjudica gravemente a las personas que de forma íntegra y honesta nos dedicamos a la política.
A través de la página web del Parlamento los ciudadanos pueden consultar las declaraciones de actividades, bienes e intereses de los diputados, pero, en cambio, las declaraciones de IRPF no son públicas y la Cámara se limita a ser la institución depositaria de las mismas.
Lo que ha presentado el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, en su web y lo que dice Arenas que es público a través de la web del Parlamento son cosas distintas, ya que en esta última no se incluye la publicación de las declaraciones del IRPF.
Y lo dijo hace unos días la presidenta del parlamento andaluz. Fuensanta Coves aseguró que no tendría ningún problema en hacer pública la declaración de la renta de Arenas si éste se lo autoriza. Arenas, en lugar de aceptar la sugerencia, calla y se va al juzgado.
Bueno, pues eso es lo que hemos puesto de relieve y Arenas tiene muy fácil rebatir esto si accede a hacer pública su declaración de la renta. Que sea claro con los andaluces y con los almerienses. Y se lo seguiremos pidiendo, no tenga la menor duda, Señor Arenas.
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