Rafael M. Martos
Director de Noticias de Almería
Comparar las candidaturas que presentan el PP y el PSOE a las elecciones autonómicas del 25 de marzo por la provincia de Almería es comprobar, una vez más, lo distintas que son ambas formaciones, del diferente lugar del que parten y de la diferente idea que tienen del lugar al que llegarán. La candidatura del PSOE tienen importancia en los cuatro o cinco primeros puestos, que son aquellos que tienen posibilidades reales de transformarse en escaños en el Parlamento de Andalucía. Los socialistas han colocado a la presidenta del Parlamento, a un consejero y a una delegada en los puestos dos, tres y cuatro, y eso quiere decir que José Antonio Griñán no tiene gran convicción de que cuando pasen las elecciones les pueda volver a colocar digitalmente donde ahora están.
Para ser delegado o consejero no hay que ser parlamentario, pero sí para presidir el Parlamento, pero si ponemos en una balanza la cantidad de votos que pueden arrastrar en Almería Fuensata Coves o Manolo Recio, pues la verdad, no parece que su popularidad entre el electorado provincial les haya hecho acreedores de tan destacados puestos. Más bien se diría que el agradecimiento por los servicios prestados ha sido el elemento principal en la composición de la lista socialista.
En el PP es bastante distinto, pero coincide en algo con el PSOE, y es en que da la impresión de falta de banquillo. Sí, los dos partidos hablan de renovación, pero ésta, realmente, no se ve por ningún sitio. Una delegada, un consejero y una parlamentaria/presidenta es una renovación de caras similar a la de una decena de alcaldes y concejales en una lista de doce. La diferencia importante es que quienes forman parte de la candidatura del PP tiene acreditado su tirón electoral, y puede no gustar -a mi no me gusta- que sean alcaldes, concejales y diputados provinciales, pero es evidente que tienen una capacidad de arrastrar votos de la que objetivamente carecen todos y cada uno de los integrantes de la lista del PSOE. Es decir, más allá del detalle anterior, de que resulte o no criticable esa reiteración de personajes, es incuestionable que la candidatura socialista no parece la mejor para enfrentarse a la del PP.
Lo socialistas podrían haber escogido personas con demostrado tirón electoral, que las tiene, y podríamos citar a Antonio Bonilla, pero hay más alcaldes y mas concejales en las distintas oposiciones municipales, con liderazgo suficiente en su entorno como para arrastrar al votante hasta la urna. El problema es que los socialistas han preferido ajustar sus propias cuentas, limpiar la era, vamos. Han preferido laminar definitivamente cualquier posibilidad de que los enemigos de la actual Ejecutiva provincial -que es tanto como decir la Ejecutiva andaluza (*)- tengan un resquicio por el que respirar.
Lo cierto es que tras las sonoras derrotas socialistas en El Ejido y Viator, tampoco era cuestión de apostar por Manolo García Quero o Juan Antonio Segura Vizcaíno, o por sus acólitos y acólitas (por cierto, que esta palabra no existe, es otro ejemplo de lenguaje políticamente correcto y léxicamente incorrecto). La decisión del PSOE sólo puede interpretarse como ese afán de recomponerse, de rearmarse, a sabiendas de que tampoco realizar ciertos sacrificios de inclusión de unos u otros en aras de un buen resultado habrían conseguido el objetivo. El PP está convencido de que ganará las elecciones autonómicas, así que sus parlamentarios tampoco tendrán mucho trabajo más allá de respaldar lo que diga su gobierno, por lo que sin problemas podrán seguir centrados en sus alcaldías.
(*) Por favor: dejen de utilizar el término "regional", que Andalucía no es una "región". Según la Constitución hay nacionalidades y regiones, y Andalucía logró la autonomía como "nacionalidad" y así la definen los dos estatutos aprobados por el PSOE, en los que para nada aparece el término región. Es más, en ese mismo segundo estatuto se habla además de "realidad nacional" y sólo una "nación" puede tener una "realidad nacional". En cualquier caso, y tras consultar el DRAE, mi consejo es el término "país" para referirse a Andalucía.
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