Los maniobreros

Kayros

Periodista

No son obreros sino maniobreros, que es distinto. Gente sin profesión cualificada, con un bagaje cultural bastante mediocre, se adhirió al PSOE en el advenimiento de la democracia como lanzadera para obtener un cargo político donde se pudiera vivir sin trabajar. A la postre la izquierda es menos elitista que la derecha y el hecho de que a ella acudan las clases más débiles no es un desdoro sino una gran justicia de la historia.

Hay que remontarse al principio de la transición española para comprender mejor la historia del socialismo almeriense. De aquellos históricos que fueron martizados y luego sus familias olvidadas, se pasó a unos tipos que habían corrido delante de la policia y creyeron aprovechar su ocasión. En general los congresos provinciales se dividían ente oficialistas y críticos o entre guerristas y renovadores, pero para el caso todo era la misma dinámica. Los maniobreros diciendo una cosa y otra volvían al fin a ocupar un cargo en la lista ganadora. De este modo algunos han sobrevivido como esqueletos fosilizados desde la muerte de Franco hasta el Congreso de Sevilla.

Si estando el socialismo en el poder no consiguieron acabar con los maniobreros, menos lo podrán hacer ahora que no quedan cargos para todos. A este ganado no le importa el trabajo social ni recobrar la credibilidad moral perdida, sino seguir en el machito aunque sea votando a Rubalcaba, a la Chacón o a los dos a la misma vez. Dice Sánchez Teruel que en Sevilla fue gente que estaba buscando otra cosa. No, qué va, estaba buscando lo mismo desde que se apuntaron al PSOE. No hay cargos para todos. Hay que trabajar. Se acabaron los fines de semana en Marbella.