"Luisro" desbanca a Torres

Agustín de J. Muñoz Soler

Comentarista político

La lista del PP al Parlamento andaluz cayó como un jarro de agua fría en una localidad en la que la nieve y la ola polar se hacían notar, y fue traducida la ausencia del parlamentario andaluz como una evidente prueba de que su peso político está cayendo aunque hubo una persona que me recordó la primera película rodada en Almería que yo vi en Granada, “La muerte tenía un precio”. Hasta el sábado, Antonio Torres, alcalde de Berja, era catalogado como un hombre emprendedor y con éxito que solamente entendía su militancia en el Partido Popular por la profesionalización de la política y de ahí que la fortuna le haya jugado una mala pasada al haberse tornado en desgracia, que es la interpretación que se viene haciendo y simultáneamente el tiempo que le podría quedar como alcalde.

En estricto sentido político, lo de la alcaldía es bien distinto y se encuentra alejado del comportamiento político, por cuanto una candidatura independiente en el peor de los casos le salvaría. Y no tan en el peor de los casos porque el PP se encuentra sumido en una batalla interna entre históricos y advenedizos que el Poder no está consiguiendo ni acallar ni saldar, basta con escuchar educadamente. En este contexto podría inscribirse la situación en Berja, la capital política de la Alpujarra almeriense.

Antonio Torres, alcalde de Berja

Me comentan que la  caída de Antonio Torres ha sido tan sorprendente como inesperada, toda vez que a principios de semana se daba por seguro que repetiría y que incluso renunciaría a la alcaldía para dedicarse a sus tareas parlamentarias. La división interna del PP en Berja no supone un aval electoral y tanto es temida la división por los dirigentes políticos que piensan que es la causa por la que el adversario político consigue el Equipo de Gobierno, por lo que en plena contradicción con los efectos podría barajarse con un encargo para que siguiera al frente de la Alcaldía ya que ésta la ostenta su personalidad y no el PP, pero esta estrategia de preservar la alcaldía carece de toda consistencia a tenor de las causas que han determinado la caída de Antonio Torres en la candidatura al Parlamento andaluz.

A mi lo que me han susurrado, y así lo transcribo,  es que se estaba configurando la candidatura con un determinado perfil al estar encabezada por el aspirante a la presidencia de la Junta de Andalucía y cuando se entró en el puesto que debería ocupar el parlamentario andaluz Antonio Torres comenzaron a plantearse las dudas porque no entraba en puesto de salida, pese a las sólidas aspiraciones de ampliar el número de escaños. Y ante los obvios dilemas por la no ubicación del todavía parlamentario andaluz, el renovado alcalde de Almería y flamante Senador del Reino vino a decir que no había por qué preocuparse por Antonio Torres ya que tiene al partido desunido en Berja y no es persona de fiar porque en un momento determinado podría dejarlos como ya lo había hecho al haberse ido al PAL, con lo que la losa del Valle de los Caídos sigue pesando y debería saberse que algunos concejales del PP en la actual legislatura estaban afiliados al PSOE y pasado a ser simpatizantes.