Antonio Lao
Director de Diario de Almería
El pleno del Parlamento Europeo aprobará, casi con seguridad, el próximo día 15 de febrero el acuerdo de libre comercio entre ambos territorios. Aquí, en Almería, llevamos años implorando respuestas por parte de los gobiernos andaluz y español, vetos y otras propuestas que acaben con el tratado o, al menos, minimice sus consecuencias. En una suerte de "harakiri", en esta provincia maldecimos al vecino marroquí y pronosticamos sobre nosotros una especie de "plaga bíblica", sí el tratado llega a firmarse. Unos y otros, otros y unos, se empeñan en arrimar el ascua a una sardina que está más que achicharrada en el espeto. Si nadie lo remedia, y por más que lamentemos, declaremos o nos quejemos, la suerte está más que echada.
¿Será Marruecos el fin del modelo Almería? Con las lógicas reservas creo que no. Muy al contrario. Los que aquí habitamos estamos más que acostumbrados a los retos y de todos, incluidos los más inverosímiles, hemos salido airosos. Lo he escrito desde esta tribuna en más de una ocasión y lo reitero. En un mundo global, donde la competitividad y la innovación es lo que prima, no podemos perder un sólo minuto en lamentaciones y en hablar de cifras probables o posibles, porque en realidad las desconocemos. Al contrario. Sólo hemos de mirarnos, por ejemplo en Holanda, y ver cómo ha sabido sobreponerse a la competencia que fue, es y será España. Por tanto, basta de lamentaciones, basta de quejas y basta de cuchillos afilados contra los que gobiernan o nos gobernaron. Tenemos la tierra, tenemos a los mejores agricultores, tenemos a los empresarios, las alhóndigas, las cooperativas y los mercados. Trabajemos pues en mejorar nuestra oferta, en ofrecer la calidad de la que carece nuestro vecino y la que en mucho tiempo no podrá ofrecer.
Si algo bueno tiene el libre mercado es la competencia. Una competencia que nos debe hacer mejores y con mayor capacidad de penetración en los mercados, incluso por encima de los bajos salarios que paga nuestro vecino. Marruecos es parte de nuestro presente y nuestro futuro. Debemos convivir con ellos y ganarles en buena lid.
¿Será Marruecos el fin del modelo Almería? Con las lógicas reservas creo que no. Muy al contrario. Los que aquí habitamos estamos más que acostumbrados a los retos y de todos, incluidos los más inverosímiles, hemos salido airosos. Lo he escrito desde esta tribuna en más de una ocasión y lo reitero. En un mundo global, donde la competitividad y la innovación es lo que prima, no podemos perder un sólo minuto en lamentaciones y en hablar de cifras probables o posibles, porque en realidad las desconocemos. Al contrario. Sólo hemos de mirarnos, por ejemplo en Holanda, y ver cómo ha sabido sobreponerse a la competencia que fue, es y será España. Por tanto, basta de lamentaciones, basta de quejas y basta de cuchillos afilados contra los que gobiernan o nos gobernaron. Tenemos la tierra, tenemos a los mejores agricultores, tenemos a los empresarios, las alhóndigas, las cooperativas y los mercados. Trabajemos pues en mejorar nuestra oferta, en ofrecer la calidad de la que carece nuestro vecino y la que en mucho tiempo no podrá ofrecer.
Si algo bueno tiene el libre mercado es la competencia. Una competencia que nos debe hacer mejores y con mayor capacidad de penetración en los mercados, incluso por encima de los bajos salarios que paga nuestro vecino. Marruecos es parte de nuestro presente y nuestro futuro. Debemos convivir con ellos y ganarles en buena lid.
No hay comentarios:
Publicar un comentario