¿Optimismo o temeridad?

Pablo Requena
Periodista

Hace unos pocos meses, la Junta de Andalucía que preside Griñán presentó su presupuesto para 2012 que, grosso modo, asciende un 1,2% con respecto al año anterior. Eso sí, el Gobierno socialista de Sevilla, inexplicablemente, se negó a “provincializar” los datos, es decir, no quiso explicar cuánto dinero vendría a Almería y a dónde iría a parar. Es sólo una de las miles de críticas que se pueden hacer a las cuentas andaluzas, de las pocas en todo Occidente que se han visto incrementadas mientras cualquier hijo de vecino -entendiendo como tal al resto de gobiernos autonómicos y nacionales- se afanan por reducir drásticamente sus presupuestos debido a la caída de ingresos por la crisis económica.

Claro que, si examinamos con más detalle las cuentas andaluzas, vemos que mientras se reducen las partidas destinadas a inversiones en general y a obras públicas en particular -con casi un descenso del 10% con respecto a 2011- el gasto corriente de la Junta se aumenta en el 2,4%. Osea, Andalucía imparable. O mejor dicho, impagable.

Comento todo esto del presupuesto andaluz porque hoy están de actualidad las cuentas de la Universidad de Almería que dirigen Pedro Molina y Pepe Guerrero, destacados socialistas almerienses. Según el PP, mientras la UAL ha reducido a la mitad el montante de los grupos de investigación, ha incrementado en un 100% los gastos en protocolo, y también suben los gastos en publicidad institucional. Lo primero es lo primero, y más en la Universidad. Todo ello mientras algunos becarios de la UAL llevan hasta seis meses sin cobrar, o uno de los vicerrectores tiene tres iphones a cargo del contribuyente.

Dios los cría y ellos se juntan, que se podría llegar a pensar. La forma de hacer las cuentas del PSOE en Sevilla y en nuestra universidad se asemejan bastante, con cosas tan “coherentes” como que, mientras se producen impagos a destajo –con empresas y autónomos los primeros, con becarios los segundos- y se reducen las partidas para lo que realmente importa –inversiones en la Junta y grupos de investigación en la UAL- se aumentan los gastos que jamás de los jamases deberían incrementarse, y menos con la que está cayendo – gasto corriente en la Junta de Andalucía y protocolo y autobombo en la UAL-.

Total, para qué fomentar la excelencia académica si luego a los mejores expedientes les van a dar la patada en el culo, como a la parlamentaria socialista Pilar Navarro.  Siendo así, trae más cuenta que un esquimal del Ártico sepa que Pedro Molina es rector en la Universidad de Almería, como ocurre hoy en día.

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