Premiar el mérito

José Fernández

Periodista

Por si no había bastante con el descubrimiento de nuevas tramas de saqueo del dinero de los parados en ERES bochornosos y el navajeo inmisericorde en torno a las balsas salvavidas del Titanic socialista andaluz, algunos síntomas marcan no sólo lo inevitable del naufragio, sino la descomposición multiorgánica de un sistema que algunos llegaron a considerar intocable e imperecedero. Yo he sido uno de los oyentes y espectadores habituales de las tertulias que han sostenido en la SER y en Canal Sur dos políticas andaluzas jóvenes, trabajadoras, bien preparadas y cargadas de razones para ilusionar a la hora de pensar en el futuro de nuestra tierra, cada una lógicamente desde su punto de vista. Les hablo de esos animados debates entre las almerienses Rosario Soto (PP) y Pilar Navarro (PSOE) que suponían, con independencia de las preferencias de cada cual, un mensaje de optimismo de cara al porvenir de una Andalucía en la que mujeres con este perfil pudieran estar en la primera fila de la gestión de los asuntos públicos.

Pues bien, mientras que el PP ha situado en sus listas a Soto en el puesto que naturalmente le corresponde por su capacidad y mérito, el PSOE ha apartado a Navarro de las suyas. Ni juventud, ni mérito, ni preparación, ni trabajo. Eso para otros. Y es que en un PSOE lastrado por las urgencias, por las peleas y por los escándalos, la mediocridad es una herramienta cargada de futuro. Por lo tanto, parece más razonable pensar en el futuro de Andalucía en manos de quienes premian la valía del compañero antes que en las de quienes ven en la valía del compañero un factor de riesgo. Pellejerías para quien las quiera.