Yo también soy el enemigo

Mar Verdejo
Ingeniero-paisajista

¡Ya conocemos al enemigo!, y a sus armas de destrucción masiva. Son estudiantes adolescentes, profesores, padres y madres, y sus armas: son los libros. Una marea de manos levantadas con libros ondeando que se manifiestan para tener una educación pública digna. Lo indigno sería no manifestarse por tenerla. Los estudiantes pasan frío en las aulas, les faltan profesores, papel para hacer los exámenes. Hay un dicho popular que dice: “La letra con sangre entra”, quizás esto es lo que se espera de las posibles reformas de educación. No entendemos que haya recortes en educación y sí para rescatar bancos.

Los ciudadanos de Valencia han estado a la altura, y no así los responsables políticos. Hay que tener coherencia política, los pronunciamientos del mando policial y del ministro no sólo han sido miserables, han falseado la verdad. Han tolerado la brutal agresión contra las manifestaciones pacíficas y justificadas ¿Qué se ha querido mostrar con la actuación de violencia desmesurada de las fuerzas del orden con la que han agredido a los nuestros jóvenes? Si eso es lo que saben hacer con niños, intuimos lo que harán con los mayores. Ghandi decía: “La violencia es el miedo a los ideales de los demás”.

Seguiremos en la calle, porque necesitamos sentir que no estamos solos. Estamos en una situación en la que cada vez nos da más miedo la realidad, que se nos muestra cada vez más desesperanzadora y descarnada, miedo a una falta de horizonte claro. Miedo a la incertidumbre de saber si yo seré el próximo en tener que emigrar, en saber si mi familia tendrá un plato de comida caliente o un hogar donde cobijarse el mes que viene. Tenemos miedo a caer enfermos porque no sabemos si nos curarán y nos darán las atenciones que necesitamos. Y tenemos miedo porque ya no sabemos si nuestros jóvenes podrán seguir formándose. Y cuando tenemos miedo necesitamos hablar, cobijarnos, reunirnos, juntar hombro con hombro. En cambio, no tendremos miedo a llenar las calles: ¡Las llenaremos! Tenemos derecho a manifestarnos, a la libertad de expresión. Y lo haremos, las llenaremos. Nos cobijaremos y arrimaremos hombro con hombro, estoy esperanzada de que juntos podemos, solo necesitamos propuestas arriesgadas que nos devuelvan la ilusión, aire fresco que llene nuestras vidas.

Como el poema de V. Maiakowski, en el que refleja cómo va desapareciendo la libertad de expresión: primero nos arrancan una flor, luego nos pisotean el jardín, y luego, debido a nuestro miedo, dejamos que nos roben la luna porque hemos aceptado que nos arranquen la voz de la garganta. Y sólo nos queda la voz y la dignidad, y no las vamos a perder.  Por si a caso, llevaré no uno sino dos libros en el bolso para cuando salga a la calle.

4 comentarios:

  1. Pero qué dices, no sabes ni lo que dices; Viva la REPÚBLICA

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    1. "Haz por ser semejante a un promontorio contra las olas de la mar; se estrellan de continuo y él se mantiene inmóvil, mientras que ellas hinchadas caen y se adormecen alrededor."
      Albert Einstein.
      Cada día seremos más, ¡la ciudadania está despierta!

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  2. No escribimos más que tonterías. Que ganas de perder el tiempo.Viva el amor libre.

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  3. Yo también soy enemigo, Mar, doblemente, porque soy profesor y preparo enemigos.

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