El PP de Huércal de Almería

Juan Torrijos

Periodista

Mi amigo Jesús Parejo, que se ha dejado parte de su vida en defensa del PP de Huércal y de la honestidad de los políticos de este municipio, no debe estar muy contento con la gente que manda en el ayuntamiento. ¡Qué pena, Jesús, tanto trabajo y durante tanto tiempo, para ver lo que hacen con él los que al final llegan al poder! Pero así es la vida. No deja de ser una anécdota el que a un edil lo pille la guardia civil con unas copas de más, y el alcalde, listo donde los haya, dice que lo cesa como responsable de Trafico, pero que no de Hacienda. Si al concejal lo hubiera pillado la guardia civil robando, es de suponer que el ínclito señor alcalde lo habría cesado de Hacienda y lo dejaría en Tráfico, que nada tienen que ver las copas de más con lo de llevarse los caudales ajenos.

Tras estas situaciones que nos ofrecen nuestros políticos, ¿qué podemos esperar de ellos? Que se enfade Gabriel Amat con los dirigentes de su partido que permiten estas cosas, y que Jesús Parejo, que durante años tuvo el partido en su casa, llegue a la conclusión de que no merecía la pena el esfuerzo. Si a lo contado sumamos la última, con la marcha de María José al grupo de los independientes, unos días antes de echarla, como ha manifestado el señor alcalde, porque no cobraba, y si no cobraba no trabajaba, había dicho ella. Claro que si oyes a María José es todo lo contrario: el ayuntamiento se lleva como si fuera el cortijo del alcalde y se favorece sólo al que él quiere. Qué más da quien tenga la razón. Es la imagen de unos políticos que llegan al poder a meter la mano, a llevarse lo que puedan ante la estupor de un pueblo que les votó.