La milonga del voto útil

Francisco José López

Cabeza de lista de Centro Democrático Liberal (CDL)

Durante la presente campaña electoral me he encontrado con diversas personas que han utilizado este argumento: me he interesado en tu partido, he leído sus posicionamientos y me gustan, pero voy a votar a “este” para evitar que gane “este otro”. E estamos entrando en el juego que ellos pretenden. Si analizamos los precedentes deberíamos respondernos para qué fue útil ese voto. ¿Para los jóvenes? ¿Para nuestros mayores? ¿Para los trabajadores? ¿Para poder acceder a la vivienda? ¿Para mejorar nuestra economía?... Realmente este ha sido un voto útil para ellos, sencillamente para los que consiguen el poder.

Hablando con la gente, me he dado cuenta también que a los partidos grandes cada vez les cuesta más hacerse con el voto del indeciso, personas en su mayoría muy desencantadas de la respuesta que nos ofrecen nuestros dirigentes y en muchos casos muy decepcionados con las posturas del partido al que fueron fieles. Son personas que no quieren ir a votar o que lo van ha hacer en blanco.

Por ello quiero desde este escrito solicitar la atención de los ciudadanos hacia los partidos “minoritarios” en general y, como no puede ser de otro modo, a Centro Democrático Liberal en particular. Sin necesidad de nombrar siglas en los colegios electorales podemos encontrar opciones de diverso índole. Algunas de ellas representamos una diversidad política que sí cuentan en paises de nuestro entorno, como es el caso de CDL, que pertenece a la alianza de partidos europeos de carácter liberal, demócratas y reformistas (ELDR), lo que supone representar en España a la tercera fuerza política en el Parlamento Europeo.

Votar a un partido como el nuestro supone, por un lado, reclamar esta diversidad también en España, y por otro, además castigar a los partidos grandes, que han degenerado, en mi opinión, convirtiéndose en “multinacionales” que franquician a niveles autonómico o provinciales y en las que, por desgracia, ni tan siquiera existe regeneración, basada esta en los méritos propios de entre sus militantes. Sobran los ejemplos y a mi no me corresponde recordarlos.

1.-Votar a un partido como CDL es un voto que vale por dos. Si es que en el pasado votaste por un partido mayoritario, se multiplica ya que no solo sumas uno a CDL sino que restas ese voto al otro partido.

2.-Si además no has votado en las últimas convocatorias, votar a un partido como el nuestro suma un voto con el que “ellos” no cuentan, pero que en realidad les beneficia, ya que siempre termina sumando al partido más votado si te quedas en casa o votas en blanco.

3.-Si es la primera vez que votas, te incorporas al sistema electoral, votando por un partido que, al igual que tú, es joven y está alejado de los despropósitos que vienes observando en los partidos grandes y que además como tú piensa en Europa, en las nuevas formas de entender la economía y que nace en y para el siglo XXI.

4.- Por último quiero llamar la atención hacia aquellas personas que votaron en su día a partidos de centro y que hasta ahora no han encontrado en su colegio electoral una papeleta con la que se identifiquen.

Siempre que nos enfrentamos a un proceso electoral y más si este tiene un resultado que se presume muy igualado los partidos mayoritarios hacen uso de lo denominado (por ellos) “voto útil” para tratar de movilizar a la ciudadanía, si bien se esgrime más esta denominación para impedir el voto contra el adversario que solicitando el propio con argumentos. Por supuesto, esta estrategia es lícita y su uso en muchas ocasiones ha salido rentable para los partidos hegemónicos, si bien los ciudadanos deberíamos recapacitar sobre la verdadera utilidad de nuestro voto.