Medel se lleva el gato al agua

Emilio Ruiz

Que Braulio Medel, presidente de Unicaja, es un buen gestor, eso nadie lo duda. Precisamente por eso es por lo que, en tiempos de convulsión bancaria, él puede sacar pecho. Le acusan, en el sector, de querer ser tan hábil negociador que a veces se pasa de la raya y que son tantas las exigencias que pone en sus negociaciones que resulta casi imponible cerrar una operación con él. No cerró la fusión con Caja Castilla-La Mancha y tampoco cerró la de Cajasur, le dicen, por no hablar de la de Cajasol, que se cortó en los inicios. Y ésta de Caja España-Duero, a punto ha estado de irse al traste. Lo que no dicen sus críticos es que esa actitud de fortaleza no es fruto de un capricho, sino de la voluntad de no contaminar, bajo ningún pretexto, a una entidad, Unicaja, que ha sido capaz de resistir a la crisis del sector financiero desde una posición privilegiada. De los tres procesos de fusión frustrados, de poco hay que culpar a Medel. El más sonoro, el de Cajasur, la culpa iba vestida con sotana. Pero bendita culpa, se puede decir ahora, pues la absorción de Cajasur es el peor negocio que han hecho los vascos en mucho tiempo. No se llevaron una perita en dulce, se llevaron un caramelo envenenado que va a lastrar las cuentas de Kutxabank durante un montón de años.

Braulio Medel, presidente de Unicaja
El resultado final del proceso de fusión –digamos más bien de absorción- con Caja España-Duero ha sido otro éxito de Braulio Medel. La operación ha sido compleja. Se va a hacer un traspaso de todo el negocio y los depósitos de clientes de Banco Ceiss (el banco creado por las cajas castellano leonesas) a Unicaja Banco. El precio de esta “venta” es el 30% de la sociedad absorbente. La principal preocupación de Braulio Medel de no empañar la solvencia de Unicaja se ha conseguido gracias a las ayudas acordadas con el Banco de España. El plan prevé el mantenimiento de los 525 millones de euros en participaciones preferentes que Banco Ceiss recibió del Frob, a los que se añadirán otros 475 millones en obligaciones convertibles ('cocos'). La garantía de estos 1.000 millones de euros corresponde exclusivamente a Banco Ceiss. La devolución de esas ayudas al Estado se realizará en base a los beneficios que Caja España-Duero vaya recibiendo por su participación en Unicaja Banco. Si no se pudieran devolver los préstamos, el Frob en última instancia de quedaría con la participación de los castellano-leoneses. 

Unicaja Banco, por su parte, tendrá abierta una línea de disponibilidad de obligaciones convertibles desde 375 millones de euros y hasta un límite de 1.025 millones. El plan económico-financiero se ha diseñado para no rebasar aquel mínimo, pero, dado que la coyuntura económica puede variar el cumplimiento de las previsiones de negocio, se ha previsto un «amplio colchón» que garantiza que el ratio de capital principal siempre sea superior al 10%. Para Unicaja, el requisito de la solvencia ha sido siempre fundamental porque quiere seguir con las manos libres para poder participar en nuevas operaciones de concentración, dado que el nuevo mapa financiero español aún no está cerrado. La fecha tope dada por el Banco de España para que las fusiones se acojan a facilidades contables es el 31 de mayo.

Unicaja puede alardear ya de no ser una caja pequeña. Lejos queda en el horizonte aquella modesta caja que nació en Ronda con 10.000 pesetas de capital, allá por 1.909, y que después de un siglo y dos fusiones -la de las cinco cajas que fundaron Unicaja en 1991, entre ellas Cajalmería, y la absorción de la Caja de Jaén hace dos años- se ha situado en la séptima posición del ranking financiero español. La nueva Unicaja tendrá presencia en todas las regiones españolas, salvo Canarias. El número de oficinas asciende a 1.700, de las que 863 proceden de la andaluza, localizadas éstas en su mayoría en Andalucía, Ciudad Real, con 76 oficinas, y Madrid, con 20.  Caja España-Duero aporta una red comercial distribuida por todo el territorio nacional. En muchas provincias tan solo tiene una presencia anecdótica, con una sola oficina, pero hay regiones como Extremadura, Madrid o Galicia donde su cuota de mercado es considerable. Tiene también 11 sucursales operativas en Portugal. El solapamiento de oficinas se limita a una veintena de Caja España-Duero en el feudo de Unicaja y a sólo una de ésta en Castilla y León.

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