Pablo Requena
Periodista
Soterrando el soterramiento Mariano Rajoy sigue dándole vueltas al asunto de cómo y dónde meter la tijera de cara a cumplir con la reducción de déficit ante Merkel y cía, y una de las áreas donde el Estado gasta más y, por tanto, en las que hay más que recortar, es el Ministerio de Fomento responsable de las grandes obras públicas de todo el país. Hasta aquí, todo correcto.
Lo que pasa es que los almerienses vamos a pagar justos por pecadores, y me explico; hace no tanto tiempo, en la época de vacas gordas, la inmensa mayoría de provincias españolas iban poco a poco sumándose al carro del progreso gracias -además de los logros sociales- a la construcción de infraestructuras vitales para su desarrollo, ya fuese por tierra, mar o aire. En Almería también hemos visto cómo llegaban obras como la autovía A-92, poniendo fin a la tercermundista entrada a la ciudad por el irrisorio puente de Rioja, productos agrícolas incluidos. Eso sí, y para no fallar a la triste tradición, la Junta acabó la obra con diez años -diez- de retraso. Minucias.
Sin embargo, e incluso en ésa etapa en la que ciertas administraciones públicas usaban los billetes de 500 a modo de papel higiénico, veíamos como otras obras tan importantes o más que la A-92, como el tren de alta velocidad que ha de unir ferroviariamente y después de milenios Almería como Murcia y el resto de la costa levantina, sigue prácticamente igual. Con algunos “bujeros” más en los montes del Levante almeriense -dicen los entendidos que son túneles por los que algún día pasará ese anhelado tren-, pero casi lo mismico. Y qué decir de la autovía del Almanzora o la inalcanzable A-7.
Pues bien, como decía al principio, viene Mariano Manostijeras apretando duro, lo que probablemente signifique más parones a todas esas obras mencionadas… y al famoso soterramiento de las vías del tren a su paso por la capital almeriense, por supuesto. Una obra consensuada por todos los agentes políticos, empresariales, sociales, etc. y que sigue -y seguirá- durmiendo el sueño de los justos. Jodida crisis que sirve de excusa para todo.
Ahora nos cuentan el Ayuntamiento y los diputados “almerienses” del PP que ADIF va a ceder 30 mil metros cuadrados comprendidos entre la antigua estación de Renfe y el cargadero de mineral. La intención es la de poner “bonica” la zona con nuevos viales y jardines. ¿Significa eso que se da por hecho el nulo progreso del soterramiento en lo que queda de legislatura? El tiempo lo dirá, pero piensen mal y seguramente acertarán.
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