Un shock histórico

Juan Carlos Blanco
Director de El Correo de Andalucía

Algunas consideraciones de urgencia sobre unos resultados que nos quedaríamos cortos si solo calificamos de inesperados. Más que un vuelco histórico, un shock histórico.   
  1. Las decisiones tomadas por Rajoy en sus primeros cien días de gobierno han machacado las expectativas fundadas de Javier Arenas de hacerse con la Presidencia de la Junta de Andalucía.  La combinación explosiva de una reforma laboral extremadamente profunda, la subida del IRPF y el miedo a los recortes sociales en una comunidad que ha hecho de la sanidad y la educación dos motivos de orgullo para muchos andaluces han hecho mella en sus posibilidades electorales. Griñán acertó en su decisión de no adelantar las elecciones para hacerlas coincidir con las generales. Arriesgó y le ha salido como solo él y los suyos esperaban. El voto de castigo al PSOE por la crisis se mantiene, pero el PP no se aprovecha de ello e incluso empieza a sufrir ya el desgaste de la responsabilidad de la crisis.
  2. Estas elecciones se jugaban al todo o nada. José Antonio Griñán ha podido salir ajusticiado por los suyos de esta contienda. Sin embargo, queda ahora como un referente de la misma importancia que el propio Rubalcaba. Vamos a escuchar tantas alabanzas socialistas sobre su figura que a su lado William Churchill va a parecer el concejal de fiestas de una pedanía.
  3. Arenas sale muy tocado. La imagen del balcón depresivo de la calle San Fernando, con Fátima Báñez y Teófila Martínez intentando insuflar ánimos a una audiencia impactada por el fiasco, es una estampa palmaria del shock que han supuesto estas elecciones para el PP. No es que el PP se haya quedado al borde de la absoluta. Es que le han faltado cinco escaños cuando el que más y el que menos empezaba  a discutir sobre quiénes serían los consejeros de su gobierno. Ni los 30 años de gobierno socialista, ni el millón lago de desempleados de la comunidad ni el espantoso escándalo de los ERE le han servido para alcanzar el único objetivo que vale en unas elecciones: conseguir los votos necesarios para formar gobierno. ¿Se ha equivocado Arenas con su campaña de tono hiperbajo para no movilizar al electorado de izquierdas? Es complicado responder a esto. Creo que quien ha jugado en su contra, sin quererlo, ha sido el propio Rajoy. El de Olvera fracasa en su cuarto intento de alcanzar San Telmo. Salvo cataclismo socialista, es metafísicamente imposible que lo siga intentando.
  4. Diego Valderas es el otro dirigente que sale fortalecido de una manera casi sísmica. Dobla su número de escaños capitalizando el malestar de una parte de la izquierda con el mismo PSOE y se hace valer en Andalucía como nunca lo ha hecho.
  5. Ahora toca la negociación entre PSOE e IU. Que nadie espere una ruptura de última hora ni desafíos a la extremeña pero tampoco una escenificación de una amistad pastoril. Habrá pelea y es seguro que Izquierda Unida hará valer su condición de ‘guardiana de las esencias izquierdistas’.     
  6. El escenario, en cualquier caso, sigue siendo endiablado. En cuatro días hay una huelga general. Y un día después, Rajoy presenta unos presupuestos que obligarán a las comunidades autónomas, incluida Andalucía a  hacer recortes muy duros que incidirán en el Estado del Bienestar. Quien piense en nuevos episodios de confrontación entre el Gobierno Central y la Junta no va desencaminado.
  7. Y, por último, una enseñanza para políticos y periodistas que yo debo ser el primero aplicarme después de entonar el mea culpa: una cosa son las encuestas y otra las elecciones. Ni en sus mejores sueños podría pensar el PSOE que la distancia con el PP iba a ser de solo un punto de desventaja. Una lección más de la que debemos aprender todos.

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