Antonia Lozano
Profesora de la UAL
El Día de la Tierra se viene celebrando todos los 22 de abril a petición del activista y senador Gaylord Nelson. Fue ese día de 1970 cuando comenzaron las primeras acciones en defensa del medio ambiente. La sociedad empezaba a ser consciente de la nefasta influencia de algunas actividades del ser humano. A partir de ahí comienzan a surgir en distintos países diversas regulaciones normativas para proteger el entorno. La ONU incluso firma una proclama para la celebración de este día.
En 1970 Estados Unidos crea la Agencia de Protección Ambiental. En 1971 en Canadá se funda Greenpeace. En 1972 se celebra la Conferencia de Estocolmo, la primera conferencia institucional sobre el medio ambiente. El inicio de dicha conferencia se hace dando un paso más, y así, la Asamblea General de las Naciones Unidas establece otro día más a ser tenido en cuenta el Día Mundial del Ambiente.
Surgen numerosas iniciativas sociales e individuales en defensa del entorno, del agua, del aire, de las especies en peligro de extinción, en contra de las centrales nucleares, por la paz, etc. Estamos concienciados. Este es el camino a seguir. Por supuesto también pensamos en el futuro y estamos educando a los ciudadanos del mañana en estos aspectos. Por eso celebramos cada año este día y otros de temática similar en otras fechas.
Destacadas personalidades desempeñan su labor mediática en pos de la causa. Se celebra, se premia, se inaugura….Se realizan ritos, señales. Símbolos al fin y al cabo. Se contentan conciencias y se dan respuestas buscando acallar las voces más críticas. Se pasa por la cuestión en plan frívolo, como si fuera algo baladí: vale ya hemos celebrado, siguiente asunto. A fuer de fijarnos y señalar las partes hemos perdido la perspectiva del todo.
Seguirá, sin embargo, siendo el día de la Tierra cada nuevo día. Pero el ser humano continuará con aquellas actividades que sabe son dañinas con el entorno, irresponsables con las generaciones futuras, aumentadora de desigualdades. En su soberbia aún no es capaz de entender, no quiere entender, no desea saber que los días de la Tierra se seguirán sucediendo con o sin él.
Surgen numerosas iniciativas sociales e individuales en defensa del entorno, del agua, del aire, de las especies en peligro de extinción, en contra de las centrales nucleares, por la paz, etc. Estamos concienciados. Este es el camino a seguir. Por supuesto también pensamos en el futuro y estamos educando a los ciudadanos del mañana en estos aspectos. Por eso celebramos cada año este día y otros de temática similar en otras fechas.
Destacadas personalidades desempeñan su labor mediática en pos de la causa. Se celebra, se premia, se inaugura….Se realizan ritos, señales. Símbolos al fin y al cabo. Se contentan conciencias y se dan respuestas buscando acallar las voces más críticas. Se pasa por la cuestión en plan frívolo, como si fuera algo baladí: vale ya hemos celebrado, siguiente asunto. A fuer de fijarnos y señalar las partes hemos perdido la perspectiva del todo.
Seguirá, sin embargo, siendo el día de la Tierra cada nuevo día. Pero el ser humano continuará con aquellas actividades que sabe son dañinas con el entorno, irresponsables con las generaciones futuras, aumentadora de desigualdades. En su soberbia aún no es capaz de entender, no quiere entender, no desea saber que los días de la Tierra se seguirán sucediendo con o sin él.
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