Juan Torrijos
Periodista
Muchos ciudadanos del municipios de Dalías pueden respirar tranquilos. Su ayuntamiento no tiene dinero para hacer el proyecto anunciado en el paraje de Celín. La crisis tiene estas cosas. Hay quien dice que hasta es buena en algunos casos. No sé, no sé. El complejo hotelero a construir tenía sus defensores y detractores, como casi todo en la vida. Me contaba hace años un arquitecto que lo importante es que lo que se construya mejore el paraje, la zona o el barrio donde se ubica. El ejemplo que nos ofrecía era el del barrio latino de París. ¿Quién se atrevería hoy a proponer su derribo? Pues deben saber que para levantarlo hubo que derribar uno del siglo catorce. Conclusión: Que el trabajo que se hizo fue bueno.
Celín ya no va a tener un centro turístico, y dicen que es cosa de la crisis. Me temo que sea sólo la escusa ante cierta cobardía por parte de los políticos responsables. Se asustan en cuanto ven dos pancartas en contra en manos de dos ecologistas. No es sólo que se puede mejorar un paraje si se hace bien, es que se hace rentable para el disfrute del ciudadano. Lo que hay que exigir, y esa si debe ser nuestra obligación, es que se construya algo más hermoso que lo que se derriba. Como ocurrió en París. Y hoy día eso no es difícil. Se nos llena la boca de proyectos turísticos, tenemos patronatos para todos los gustos y administraciones que se precien. Planes y más planes, proyectos y más proyectos que se aprueban hoy pero que nunca se realizan.
Sigan contratando gerentes, pero si no son capaces de dotar a esta provincia de lugares con encanto donde disfrutar, malos serán los resultados.
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