El insulto y la mentira no son las formas

Trinidad Cabeo
Presidenta de la Autoridad Portuaria
 
Los que hayan leído o escuchado las últimas declaraciones del Señor Hernando habrán tenido ocasión de comprobar el estilo de hacer política que tiene un Diputado que nos representa a todos los almerienses, estilo que ha conseguido que según las encuestas del CIS los políticos sean, durante quince meses consecutivos, la tercera preocupación de los españoles. Por tanto, cualquier profesión está mejor valorada que la única que a este señor le conocemos, incluso "hacer fiestas y eventos".
 
Momento es de manifestar que estoy muy orgullosa de haberme procurado mi propio empleo y de haberlo hecho también para otros, así como de haber vivido la apasionante, enriquecedora y compleja experiencia de ser empresaria y de haber fundado la primera empresa que en Almería se dedicó con éxito al turismo de negocios. Esa era mi actividad profesional (importante y respetable) antes de tener el grandísimo honor de presidir la Autoridad Portuaria de Almería. Y con una trayectoria profesional, vital y humana llegué aquí con el respaldo de un camino recorrido para entregarme con compromiso y honestidad y no buscando de qué vivir.

Es costumbre del señor Hernando insultar, mentir y hacer uso de denostadas y primarias prácticas que enturbian la actividad política. Esto solo demuestra que carece de la capacidad de construir argumentos serios para rebatir al adversario y también de la sensibilidad necesaria para hacerlo con la finura que merece una actividad esencial para el desarrollo de la democracia.

Aunque el señor Hernando no quiera recibir lecciones, sería un gesto de humildad por su parte atender a la que nos imparte Jesús Miranda con las declaraciones concedidas, cuando se le ha pedido réplica desde algunos medios a las acusaciones que el diputado profirió sobre él. Dice Jesús Miranda: "Me niego a insultar a nadie y no hago valoraciones de las personas, sino de los hechos". Manifestación que solo puede emanar del sentido común de una mente inteligente, tolerante y generosa.

Y entrando en la razón que origina toda esta polémica, el proyecto de soterramiento y su conexión con el Puerto, ruego al señor Hernando que nos explique de forma serena, si es posible, las razones que han llevado al gobierno a abandonar un proyecto consensuado por todas las fuerzas políticas y sociales. Quizás hasta sea posible que las entienda y que mi postura sea la de arrimar el hombro para salvar la situación. Pero el insulto y la mentira no son la forma. No es tolerable que arroje desprecio e insultos sobre personas que trabajan con un compromiso firme, con responsabilidad, seriedad y humildad, por esta tierra desde hace mucho tiempo.

Yo, que siempre estoy dispuesta a aprender, y atendiendo a la lección de Jesús Miranda, voy a valorar algunos hechos y lo haré en el contexto que el señor Hernando ha creado con sus desafortunadas declaraciones. "Fiesta", la que está organizando el PP desde que llegó al Gobierno de España y la que llevan organizando desde hace tiempo en aquellos lugares donde han gobernado, como por ejemplo en Valencia. Allí si que nos consta que hay empresas ¡expertas, muy expertas, en fiestas y eventos!

En cuanto a su fijación con que el Puerto está en números rojos, siento darle un disgusto. Es fácilmente demostrable que es una mentira más. Los resultados económicos de los años que llevo gestionando la Autoridad Portuaria han sido positivos, se publican en el BOE y se los he enviado al señor Hernando con el ofrecimiento de darle unas clases para que aprenda a interpretar un balance. Hasta el día de hoy las cuentas de APA, y en muy difíciles circunstancias, han sido positivas, aún desenvolviéndome en el mismo entorno económico que ese Gobierno que hace recortes. Esto, gracias al esfuerzo de muchas personas, a lo que estoy segura que también ha contribuido la actitud de sus compañeros en el Ayuntamiento de Almería, con los que he mantenido unas relaciones cordiales y respetuosas.

Ya para terminar, una cita para que reflexione y no cuestione con tanta ligereza y frivolidad la trayectoria y capacidad de otras personas: "Se aprende demasiado tarde que hasta las vidas más dilatadas y útiles no alcanzan nada más que para aprender a vivir". Y no lo digo yo, lo dice alguien con una vida dilatada y útil.

A partir de este momento no prestaré más tiempo a las iras desatadas del señor Hernando. Tengo que trabajar y en mi tiempo libre haré lo que me gusta: aprender de la vida y de la buena gente.

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