Kayros
Periodista
Quien recuerde la gesta de aquellos mártires de la libertad de expresión que se llamaron Urdaci y López Amor podrá entrever el Prado del Rey a que aspira este Gobierno. No contento con el apoyo de la infantería mediática de este país, aún quiere controlar la televisión pública para asomar la cara en los telediarios que es cuando se reúne la familia para comer y cenar. Entre sorbo y sorbo hay que meter doctrina bancaria, la única que vale para ganarse el paraíso. Y claro, el argumento siempre es el mismo, ese gen putrefacto y escondido que mueve siempre a la derecha, la pasta gansa, y por afán de ella romper consensos. Bajo la excusa de que se gasta mucho en televisión, ellos intentan simplificar la cosa poniendo como director a uno de los suyos.
Hay que ahorrar, claro que sí, pero a costa de idiotizarnos. Queda en segundo plano la independencia, la profesionalidad de los que hacen televisión y el derecho del ciudadano a estar bien informado. Acudir al decreto para modificar el sistema de nombramientos en TVE es todo un golpe institucional, tal como se ha dicho, un bloqueo al margen de la negociación con el resto de fuerzas políticas. Luego la derecha puede permitirse el lujo de acusar de adoctrinamiento o de falta de pluralismo. Es la logística del miedo a la verdad. Si nos atacan, retrocedemos; si se quedan quietos, los azuzamos, y si quieren pactar, nosotros caemos sobre ellos.
En este sistema no da tiempo a saber si una experiencia vale la pena continuarla por el bien de todos. Gana el PP, viva el retorno a Urdaci, que fue el no va más de las libertades informativas. Y como no me gusta el consenso, rompo la baraja porque con mayoría absoluta no tengo necesidad de pactar con los pobres arrabaleros. Para que luego digan que les importa un carajo la verdad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario