Luis Rogelio Rodríguez-Comendador
Alcalde de Almería
En la reunión del Comité Ejecutivo Regional del PP andaluz celebrada en Antequera hace unos días y presidida por Mariano Rajoy, nuestro presidente regional, Javier Arenas, dejó claro que Andalucía no necesita confrontación, enfrentamientos o estrategias de poder que hagan olvidar el principal objetivo de la acción política en estos momentos: derrotar a la crisis y al paro. Pero de momento, los únicos proyectos que parecen preocupar a los responsables del PSOE e IU que estudian un eventual pacto de gobierno están relacionados con aumentar el número de diputado del Parlamento.
Así las cosas, por primera vez se puede formar un gobierno entre la segunda y tercera fuerza política, despreciando así el sentido del resultado elegido por los andaluces en las urnas. Como ha dicho Arenas en más de una ocasión, la situación andaluza requiere altura de miras y responsabilidad política, por lo que desde el PP insistimos en la importancia de alcanzar un compromiso entre las dos primeras fuerzas políticas andaluzas para evitar ahondar el problema del desempleo y la crisis que afecta a centenares de miles de andaluces.
Creo que sería positivo llegar a un acuerdo de apoyo al Pacto de Estabilidad en Europa para no gastar más de lo que se ingrese y sanear las cuentas públicas; para abordar una reforma de la administración autonómica y periférica. Pactar también la regeneración democrática y convertir al Parlamento en el eje central de la política andaluza. Y también la creación de una gran Ley de Emprendedores y un pacto para una reforma educativa que alcance a varias generaciones de andaluces.
Este es, a grandes rasgos, el comportamiento responsable y eficaz que los andaluces esperan y demandan de sus representantes públicos, y no un descarado juego de compraventa de apoyos para formar gobierno con el elevado riesgo de acabar agravando aún más la situación de Andalucía. Por insólito que parezca, los socialistas no parecen dispuestos a admitir la extraordinaria gravedad de la situación económica de España, resultado directo de las políticas de despilfarro, malgasto y engaños del PSOE en los últimos años.
Pero si la situación general es complicada, la de Andalucía resulta especialmente grave, habida cuenta de la escasa propensión de Griñán y los suyos a sanear las cuentas públicas y a actuar con responsabilidad y mesura. Lejos de ello, los seguidores de Griñán parecen dispuestos a aferrarse al poder del modo que sea, aunque para ello tengan que pactar y entregar la dirección del gobierno andaluz a partidos anclados en la izquierda más nostálgica e improductiva. Ante esa posibilidad, Javier Arenas ha vuelto a ofrecer la posibilidad del diálogo y perspectivas de futuro. Nuestro camino es estar a la altura que demandan nuestros problemas y una gestión en beneficio del interés general de Andalucía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario