José Fernández
Periodista
José Antonio Griñán acaba de anunciar un nuevo Presupuesto para la Junta de Andalucía de cara a 2012 en el que "por lo pronto" se recortarán 2.600 millones de euros. Se trata, ya lo verán, de un ajuste capaz de respetar los derechos y mantener los gastos sociales hasta el último céntimo de euro. Una obra de arte financiera que corrige con brillantez las estimaciones aprobadas en solitario por el PSOE en diciembre del año pasado, con el voto en contra de PP e IU, que avisaban ya de la falsedad de un presupuesto basado en ingresos ficticios. Pero ya saben ustedes que la Junta de Andalucía jamás se equivoca. Si la Junta presentó unas cifras inalcanzables, bien presentadas estuvieron. Y si las cambia ahora, bien cambiadas están. Sólo un insultador de los andaluces pondría reparos a este modo de hacer las cosas. Por lo tanto no cabe esperar -no sería justo- el mismo desfile de portavoces sindicales y colectivos sociales, representantes del profesorado, cargos de estamentos profesionales, adalides sanitarios o presidentes de asociaciones vecinales que estamos viendo estos días en plan "chorus line", lamentándose por los recortes que programa el gobierno central. Esos recortes -los de Rajoy- son injustos y peligrosos para la cohesión social de Andalucía y suponen un intolerable ataque a los derechos y libertades democráticas. Por el contrario, los recortes de Griñán no tienen efectos secundarios en el malestar colectivo andaluz, ni merecen -qué disparate- respuesta en las calles, ni concentraciones, ni nada. Una cerrada ovación, en todo caso. Es la diferencia entre un buen recorte y un recorte bueno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario