Pedro Mena Enciso
Profesor de Historia
Se acabó lo que se daba. Hoy más que nunca finiquitamos una ilusión que se perpetuó entre los almerienses durante más de 30 años. Efectivamente, han sido años de dimes y diretes, de demagogias, de enfrentamientos políticos y, en definitiva, de papel mojado. Los ciudadanos de esta provincia tenemos una vez más la sensación de que nos han engañado, de que el soterramiento del ferrocarril fue desde siempre una tomadura de pelo. Y, llegado este momento, poco podemos hacer porque todo queda justificado con la crisis. Parece increíble que nos hayan tenido entretenidos con falsas promesas durante décadas.
En este momento me viene a la cabeza el famoso cuento infantil de aquel pastorcillo mentiroso que de tanto hacer creer a todo el pueblo que venía el lobo, al final ya nadie se lo creía y el lobo llegó por fin pero para comerse a las ovejas. En este asunto del Soterramiento ocurre tres cuartos de lo mismo y ya, si alguna vez se anuncia ese ferrocarril subterráneo integral que tanto deseamos los almerienses, nadie se lo va a creer. Con crisis o sin crisis vemos que todo sigue igual y por Almería no hay quien mueva un dedo. ¡Menos mal que no han interrumpido también las obras del AVE!
Pero, en fin, repasemos brevemente esta historia interminable del Soterramiento en los últimos años. En 1998 parecía encarrilada la cuestión del Soterramiento e incluso nadie dudaba de que sería viable si nos concedían los Juegos del Mediterráneo de 2005. Conseguimos los Juegos pero también el Soterramiento se convirtió en otro juego y ahí se quedó. En Septiembre de 2002, el Colegio de Arquitectos, ante el anuncio del Ministerio de Fomento, abre el plazo de inscripción para participar en el concurso de ideas sobre el tratamiento urbano con motivo del soterramiento del ferrocarril en Almería. Desde los distintos colectivos almerienses apelamos al consenso político y se celebra una marcha de apoyo a esta obra decisiva con la convicción de que Almería no puede vivir de espaldas al progreso. Las actuales vías del tren suponen un freno para su desarrollo ya que dividen a la ciudad.
Recordarán ustedes que hace bastantes años ya, el Ministerio de Fomento ofreció tres posibilidades al ayuntamiento: soterramiento total, soterramiento parcial y pasillo ferroviario en superficie. El consistorio almeriense, en plena sintonía con la opinión pública, optó por ocultar las vías por completo. Ya teníamos claro el modelo e incluso las aportaciones para financiar el coste de la infraestructura. Sospechosamente fue pasando el tiempo y esta gran apuesta urbanística almeriense para el nuevo siglo quedó paralizada tras las municipales de 2003: ¿Recuerdan ustedes aquel proyecto del Concejal Cervantes expuesto en el Museo con un Soterramiento que preveía un lago de cuatro hectáreas junto a la Estación del futuro AVE? Pasamos a ver las maquetas miles de almerienses pero como dice el conocido humorista José Mota: “Si hay que ir se va, pero ir pa ná...”.
Así llegamos al 28 de Mayo de 2005, con todo por hacer, cuando el periódico Expansión descubre la siguiente noticia: “El proyecto del soterramiento del ferrocarril a su paso por Almería está despertando de su letargo. El Gobierno financiará una opción intermedia en la que parte del trayecto iría en superficie”. En Almería la noticia cae como un jarro de agua fría porque todavía se seguía hablando de comenzar el proyecto y además, de hacerse, sería en contra de la decisión de todos los almerienses que había quedado clara años atrás: soterramiento total e integral hasta el Puerto.
En 2007 el Concejal de Urbanismo de la ciudad anunciaba: “El soterramiento del tren posibilitará una zona verde de 2.000 metros en Almería. El modelo que seguirá el Ayuntamiento será el de la Rambla de Almería”.
En Febrero de 2011 publiqué el que yo creía que iba a ser el último artículo reivindicativo ante hechos que parecían consumados: “Soterramiento integral, palabra de Miranda Hita,” recogiendo la magnífica noticia: “Hace unos días, el almeriense Jesús Miranda Hita (Subsecretario del Ministerio de Fomento) anunciaba que el soterramiento de las vías del tren será integral. Cuando me enteraba de la noticia, sentí una emoción especial ya que llevo muchos años escribiendo en la prensa sobre este tema y reivindicando un soterramiento completo y total hasta el Puerto”. Después de tantos años, mis sentimientos no pueden ser sino de tristeza y decepción. De todas formas, esperemos tiempos mejores y, sobre todo, mejores gestores.
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