Un Gobierno andaluz sólido

Celso Ortiz
Profesor de la UAL
 
Dice Sánchez Gordillo que un pacto de IULV-CA con el PSOE-A, supondría la desaparición, a corto plazo, de la formación por la que ha sido cabeza de lista en Sevilla. Flaca memoria la del alcalde de Marinaleda. Lo que provocó una espantada de sus votantes que la puso al borde de la marginación absoluta fue el experimento de hacer causa común con el PP para formar la famosa pinza. Han tenido que pasar veinte años para que la coalición recupere la credibilidad y, como consecuencia, los escaños que son la clave para que en Andalucía se forme un gobierno de izquierdas que dirija la política de la Comunidad en una de las etapas más complicadas desde su origen. Creo sinceramente que los votantes de Izquierda Unida, salvo algún eterno iluminado, - estoy pensando en el numerito de Extremadura- no depositaron su voto para que gobernara el Partido Popular. Y en estos días que se están celebrando asambleas en las agrupaciones del partido, los militantes deben hacer cuentas para calcular cuantos votos de los 437.445, que han sido necesarios para obtener los doce escaños, corresponden a ciudadanos sin carnet. Está bien que se consulte a las bases del partido, pero sin olvidar que al otro lado de la pared de la sede, hay electores cuyo voto, a la hora de la verdad, tiene el mismo valor que el voto de un militante. Son electores anónimos a los que hay que saber corresponder.

Dicho esto estamos viendo los ataques que Andalucía está recibiendo de una forma tan brutal, desde el día siguiente que el Partido Popular no obtuvo la mayoría absoluta que daba por segura. Al principio fueron esas voces que sueltan veneno en determinados medios y uno no repara demasiado en la tormenta que provocan tales voceros, pensando que están en su papel, puesto que de veneno se alimentan ellos y sus adeptos. Pero así que van pasando los días, el asunto se complica en la medida que miembros del Ejecutivo central, se suman al carro de los insultos y descalificaciones con el mayor descaro. Para nada les importa que los ataques a Andalucía repercutan en la reputación de España en Europa, que está mirando con lupa la situación del Estado en su conjunto.

Con semejante panorama, la apuesta más sensata sería un gobierno andaluz sólido y responsable, compuesto por los dos partidos de izquierda en proporción a su representación en la cámara, pero que, una vez constituido, formaran una piña, con el único objetivo de defender los intereses de la comunidad. Suena a tópico, pero en las circunstancias actuales, es preciso hacerlo constar porque sería un error que la cosa quedara en un reparto de consejerías, funcionando cada una por su cuenta.
(Diario de Almería)

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