Almería necesita representación

Teleprensa
Editorial

Arranca ya el nuevo Ejecutivo andaluz. Este fin de semana se produjo la toma de posesión por parte de su presidente, José Antonio Griñán, y esta mañana les ha tocado a los nuevos consejeros. Nuevos y no tan nuevos. El Gobierno está formado por once consejeros, tres de IU, que se estrenan, ya que nunca antes la coalición formó parte de un ejecutivo andaluz -Diego Valderas, Elena Cortés y Rafael Rodríguez-, y, de los ocho restantes, repiten cinco aunque no precisamente en las mismas carteras -Mar Moreno, Carmen Martínez Aguayo, Antonio Ávila, María Jesús Montero y Luciano Alonso-, a los que se suman tres nombres nuevos -Susana Díaz, Emilio de Llera y Luis Planas-. La portavocía del Gobierno recae en Miguel Ángel Vázquez. Con todas las quinielas a las que se ha estado jugando días atrás, a más de uno le habrá sorprendido el nuevo ejecutivo.

Los cambios fundamentales del nuevo Gobierno, donde apenas se han reducido dos consejerías, radican en las nuevas atribuciones que se dan a las distintas carteras, donde llama especialmente la atención el peso que Griñán delega en su segunda, Susana Díaz, que entre sus competencias tiene la de las delegaciones del Gobierno. Es decir, que en cierta medida Griñán traslada su esquema de partido al Gobierno y deja bien claro su respaldo a una mujer que tuvo un fuerte enfrentamiento en el seno del PSOE de Sevilla, principal plaza de esta fuerza política, con su secretario general, José Antonio Viera, que le llevó a la dimisión. No cabe duda que el tema de los EREs tuvo un peso específico en el devenir de Viera y que el PSOE andaluz de Griñán no parece estar dispuesto a tener que soportar herencias que no comparte.

A riesgo de que el secretario de Organización del PSOE en Almería nos tache de 'catetos', lo cierto es que llama la atención que en el nuevo Gobierno no haya ningún consejero procedente de Granada, Cádiz y, por supuesto, Almería. Al menos, en esta ocasión, esta provincia no se podrá sentir como la cenicienta del cuento ya que puede hacer trío con sus compañeras de viaje. Y sí, lo importante es hacer las políticas que hay que hacer, como diría Rajoy, pero en la práctica lo cierto es que a quien no está no se le oye y esa representación territorial se hace necesaria -tal vez no tanto vía consejero pero sí de alguna manera-. Habría que recordar lo poco que a las autonomías, en general, y en particular a las de signo contrario al Gobierno central, les gusta que se tomen decisiones sin ser tenidas en cuenta previamente. Dentro de una autonomía, las distintas provincias tienen que tener su voz clara.

De ahí que serán muy importantes los próximos consejos de Gobierno donde conoceremos no sólo a esos seis delegados que representarán a la Junta en las provincias, sino si algún almeriense puede dar el salto a Sevilla en alguna consejería que sea vital para esta provincia. Lo cierto es que la vertebración de Andalucía deja mucho que desear y se hace necesaria la presencia de Almería en el Gobierno de Sevilla.

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